Dorna, organizador de la serie, junto con la FIM y los fabricantes han llegado a un acuerdo para reducir costes a partir de 2014 con el objetivo de no hacer desaparecer las Superbike. También planean abrir las fronteras al mercado asiático.
Dorna, la Federación Internacional de Motociclismo y la Asociación de Fabricantes han llegado a un acuerdo y todo apunta a que antes de la cita de Ímola, del 28 al 30 de junio, se harán públicos los detalles. El objetivo es que los fabricantes faciliten un mínimo de seis motos y que su precio en 2014 no exceda los 300.000 euros. En él se incluirán los recambios, pero no las piezas dañadas fruto de las caídas. También habrá límite de gasto en la suspensión delantera y trasera (en torno a 16.000 euros). El propósito de Javier Alonso, director ejecutivo de este Mundial, es bajar paulatinamente ese listón de costes. Podría rondar los 250.000 euros por moto en 2015 e incluso llegar a la barrera de los 200.000 en 2016. La cuadratura del círculo o cómo hacer que la crisis no estrangule al campeonato. El límite de motores por piloto quedaría en ocho, aunque en esa cifra no se incluirían los utilizados en los test, con lo que los fabricantes disfrutarán de cierta capacidad de maniobra. En cuanto al calendario, este año dispone de quince citas y en 2014 no pasará de dieciséis. Eso sí, pese a las dudas iniciales por abrir fronteras, no se descarta que el certamen pudiera adquirir acento asiático, con Malasia o China como posibles destinos. FUENTE