
La selección europea inició las acciones como un conjunto sin recursos y plagado de dudas. Y ello lo pagó muy caro, ya que apenas a los dos minutos estaba abajo en el marcador: Kolasinac se marcó en propia meta. Sin embargo, los argentinos decayeron en intensidad y apenas se veía fútbol: estaban estáticos, predecibles y con Messi muy apagado. Demasiada confianza al ir liderando el marcador.

El esquema de Alejandro Sabella, con cinco defensores, dejaba mucho que desear, pues cedían territorio y el dominio del balón. También estaba en alerta el mediocampo que no tenía hombres para aguantar y que se veían claramente superado.

Aunque, nuevamente los argentinos en la recta final se dejaron estar en Maracaná y sufrieron por el tanto de Vedad Ibisevic a los 85". Bosnia lo intentó, pero no tuvo más recursos y salió satisfecha por plantear cara su derrota.