Andreas Wellinger le da a Alemania el oro en el Trampolín Corto - Historia Deportiva

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HISTORIA DEPORTIVA

11 de febrero de 2018

Andreas Wellinger le da a Alemania el oro en el Trampolín Corto


            El joven alemán de 22 años Andreas Wellinger se llevó el oro olímpico en Pyeongchang’18 en el Trampolín Corto (Normal Hill) de 90 metros individual masculino de la disciplina olímpica de Saltos de Esquí tras remontar en la ronda final desde el quinto puesto con un sensacional salto de 113,5 metros. La plata y el bronce fueron para Noruega, concretamente para Johann Andre Forfang y el “bigotudo” Robert Johansson respectivamente. El gran favorito y defensor del oro olímpico, el polaco Kamil Stoch, líder este año de la Copa del Mundo, solo pudo ser cuarto tras fallar en su último salto.


            Wellinger, tercero en la Copa del Mundo y segundo en los Cuatro trampolines este mismo año, estaba dentro del ramillete de favoritos y ya había sido oro por equipos cuatro años antes en Sochi 2014, pero no era el que contaba con más posibilidades. Pese a ello y a su juventud demostró una sangre fría propia de los más grandes saltadores de la historia y fue capaz de lograr su mejor salto en una competición marcada por el viento y celebrada de noche.

            El la calificación disputada el jueves día 8 de febrero, un día antes de la ceremonia inaugural, Andreas Wellinger ya se mostraba en gran forma al terminar en primera posición con un salto de 103,0 metros y una puntuación total de 133,5, siendo escoltado por los polacos Kamil Stoch (104,0 metros y 131,7 puntos) y Dawid Kubacky (quien realizó el salto más largo de esta calificación con 104,5 metros pero con una puntuación final de 129,6).


            Algunos de los grandes favoritos ocuparon posiciones más retrasadas, como el alemán Richard Freitag que fue cuarto, el austriaco Stefan Kraft quinto o los noruegos Daniel Andre Tande octavo, Johann Andre Forfang decimotercero y Robert Johansson decimonoveno. El corte de los cincuenta saltadores clasificados para la final del sábado lo marcó el finlandés Eetu Nousiainen.

            También participaron otros ilustres saltadores que forman parte intrínseca de este deporte, destacando la décima posición del suizo Simon Ammann (36 años, doble oro olímpico en este mismo trampolín así como en el Largo en Salt Lake City 2002 y en Vancouver 2010). En vigésima posición quedó el japonés Noriaki Kasai, que a sus 45 años todavía sigue dando guerra entre los grandes en sus octavos Juegos Olímpicos de Invierno (primer deportista en hacerlo), quien ya fuese quinto en este trampolín allá por 1994 en Lillehammer; y más retrasado (trigésimo séptimo) quedó uno de los más grandes saltadores de la historia y mi favorito, el finlandés Janne Ahonen, de 40 años de edad, ganador de la Copa del Mundo en 2004 y 2005 y que todavía sueña con un metal olímpico individual tras “llevarse” hasta en tres ocasiones la “Medalla de chocolate” (cuarto puesto olímpico en el Trampolín Corto en 1998, 2002 y 2010).


            En la noche del sábado 10 de febrero se disputó la final, con unas condiciones adversas de viento que provocaba continuas interrupciones en los saltos, lo que incrementaba el nerviosismo entre los saltadores. En la primera ronda los principales favoritos fueron tomando las posiciones de cabeza realizando buenos saltos, así Stoch se situaba segundo (106,5 metros y 125,9 puntos), Forfang tercero (106,0 metros y 125,9 puntos como el polaco), Freitag cuarto (106,5 metros y 125,5 puntos) y quinto Andreas Wellinger (104,5 metros y 124,9 puntos), todos ellos separados por apenas un punto. La sorpresa de esta primera ronda la proporcionaba el polaco Stefan Hula, que con un gran salto de 111,0 metros se situaba como líder de la competición con 131,8 puntos, casi seis puntos por delante del grupo de favoritos,

            Algunos aspirantes a medalla quedaban retrasados tras esta primera ronda, como los noruegos Robert Johansson (décimo tras un pobre salto de 100,5 metros y 119,9 puntos) y principalmente Daniel Andre Tande (decimotercero con 103,5 metros y 118,7 puntos) que llegaba en una gran forma a estos Juegos como cuarto en la Copa del Mundo. El corte de los treinta primeros que pasarían a la ronda final lo marcó el ruso Evgeniy Klimov, quedando fuera de la misma Janne Ahonen (40º).

            La ronda final se presentaba emocionantísima, con los principales favoritos prácticamente igualados y con la posibilidad más que notoria de una gran sorpresa como la de Stefan Hula.


            Estaba claro que se iban a ver grandes saltos en esta segunda ronda, y el primero que sorprendió con uno muy bueno fue el esloveno Peter Prevc, que voló 113,0 metros (el tercer mejor salto de la ronda final) para remontar desde el puesto 24 de la primera ronda a una más que meritoria 12ª posición final.

            Poco a poco se iban acercando los saltos de los hombres importantes de la competición, y el primero en hacerlo fue el noruego Daniel Andre Tande, realizando un magnífico salto de 111,5 metros (el quinto mejor de la segunda ronda) que lo situaba momentáneamente en cabeza con 242,3 puntos (finalmente acabó en sexta posición).

            Simon Ammann, al que nunca hay que descartar, había sido 11º en la primera ronda y en la segunda realizó un salto muy similar de 104,5 metros que le hizo conservar esa misma posición en la clasificación final con 236,6 puntos totales.

            El que si consiguió resarcirse de su pobre desempeño en el primer salto fue Robert Johansson, que en esta ronda final en la que partía décimo elevó su poblado mostacho hasta alcanzar los 113,5 metros (a la postre fue el segundo mejor salto de la ronda final) que lo situaban en la cabeza de la competición con 249,7 puntos, lo que le otorgaban una clara opción de lograr presea, algo que acabaría consiguiendo con la medalla de bronce.


            Llegaba el momento de los grandes aspirantes al oro, y el primero en hacerlo fue Stefan Kraft, pero el austriaco no fue capaz de soportar la presión tras el sexto puesto de la primera ronda y solo saltó 103,0 metros, lo que le relegó a una lejana 13ª posición final.

            Quien si soportó la presión fue Andreas Wellinger, que realizaba el mejor salto de toda la competición con 113,5 metros, la misma distancia alcanzada anteriormente por Johansson, lo que unido a un estilo impecable y un gran telemark le otorgaba la mejor puntuación de la segunda ronda de saltos con 134,4 puntos y lo colocaba claramente en cabeza de la clasificación con 259,3 puntos totales.


            Llegado a este punto solo quedaban cuatro saltadores para poder arrebatarle el oro a Wellinger, pero que cuatro… y el primero en intentarlo fue Johann Andre Forfang quien se fue a los 109,5 metros para totalizar 250,9 puntos, lo que lo colocaba en segunda posición tras el joven alemán y que le acabaría dando la medalla de plata.


            El siguiente en intentarlo fue Richard Freitag, pero su pobre salto de sólo 102,5 metros lo dejó incluso fuera de los puestos de diploma olímpico, al finalizar en novena posición.

            Llegaba el turno del para la gran mayoría de la gente el gran favorito, Kamil Stoch, quien este mismo año se había adjudicado el prestigioso torneo de los Cuatro Trampolines logrando la victoria en todos ellos y de esta manera el Grand Slam, pero falló ligeramente en la salida del trampolín y solo pudo alcanzar una distancia de 105,5 metros, lo que con un total de 249,3 puntos lo relegaba a una triste cuarta posición a solo cuatro décimas del bronce de Johansson.

           
            Por último quedaba ver si Stefan Hula sería capaz de refrendar la gran prestación que realizó en su primer salto, pero no fue así y el polaco, decimotercero este año en la general de la Copa del Mundo, solo saltó 105,5 metros, lo que unido a su nota de estilo fue insuficiente incluso para lograr medalla, quedando relegada a la  quinta posición final con 248,8 puntos totales.

            De esta forma, Andreas Wellinger se hacía con un merecidísimo oro olímpico y le daba a Alemania el preciado metal dorado individual en este Trampolín Corto 34 años después de que lo hiciese el mítico Jens Weiβflog en Sarajevo 1984, aunque este bajo la bandera de la República Democrática de Alemania, y 24 años después de que este mismo, ya bajo la bandera de la Alemania unificada, lo lograse en el Trampolín Largo en Lillehammer 1994.


Ignacio Ortiz

@00CAFETERO