El joven alemán de 22 años Andreas Wellinger se llevó el oro olímpico en Pyeongchang’18 en el Trampolín Corto (Normal Hill) de
Wellinger, tercero en la Copa del Mundo y segundo en
los Cuatro trampolines este mismo año, estaba dentro del ramillete de favoritos
y ya había sido oro por equipos cuatro años antes en Sochi 2014, pero no era el
que contaba con más posibilidades. Pese a ello y a su juventud demostró una
sangre fría propia de los más grandes saltadores de la historia y fue capaz de
lograr su mejor salto en una competición marcada por el viento y celebrada de
noche.
El
la calificación disputada el jueves día 8 de febrero, un día antes de la
ceremonia inaugural, Andreas Wellinger
ya se mostraba en gran forma al terminar en primera posición con un salto de 103,0 metros y una
puntuación total de 133,5, siendo escoltado por los polacos Kamil Stoch (104,0 metros y 131,7
puntos) y Dawid Kubacky (quien
realizó el salto más largo de esta calificación con 104,5 metros pero con
una puntuación final de 129,6).
Algunos
de los grandes favoritos ocuparon posiciones más retrasadas, como el alemán Richard Freitag que fue cuarto, el
austriaco Stefan Kraft quinto o los
noruegos Daniel Andre Tande octavo, Johann Andre Forfang decimotercero y Robert Johansson decimonoveno. El corte
de los cincuenta saltadores clasificados para la final del sábado lo marcó el
finlandés Eetu Nousiainen.
También
participaron otros ilustres saltadores que forman parte intrínseca de este
deporte, destacando la décima posición del suizo Simon Ammann (36 años, doble oro olímpico en este mismo trampolín
así como en el Largo en Salt Lake City 2002 y en Vancouver 2010). En vigésima
posición quedó el japonés Noriaki Kasai,
que a sus 45 años todavía sigue dando guerra entre los grandes en sus octavos
Juegos Olímpicos de Invierno (primer deportista en hacerlo), quien ya fuese
quinto en este trampolín allá por 1994 en Lillehammer; y más retrasado (trigésimo
séptimo) quedó uno de los más grandes saltadores de la historia y mi favorito,
el finlandés Janne Ahonen, de 40
años de edad, ganador de la Copa
del Mundo en 2004 y 2005 y que todavía sueña con un metal olímpico individual
tras “llevarse” hasta en tres ocasiones la “Medalla de chocolate” (cuarto
puesto olímpico en el Trampolín Corto en 1998, 2002 y 2010).
En
la noche del sábado 10 de febrero se disputó la final, con unas condiciones
adversas de viento que provocaba continuas interrupciones en los saltos, lo que
incrementaba el nerviosismo entre los saltadores. En la primera ronda los principales
favoritos fueron tomando las posiciones de cabeza realizando buenos saltos, así
Stoch se situaba segundo (106,5 metros y 125,9
puntos), Forfang tercero (106,0 metros y 125,9
puntos como el polaco), Freitag
cuarto (106,5 metros
y 125,5 puntos) y quinto Andreas
Wellinger (104,5
metros y 124,9 puntos), todos ellos separados por apenas
un punto. La sorpresa de esta primera ronda la proporcionaba el polaco Stefan Hula, que con un gran salto de 111,0 metros se
situaba como líder de la competición con 131,8 puntos, casi seis puntos por
delante del grupo de favoritos,
Algunos
aspirantes a medalla quedaban retrasados tras esta primera ronda, como los
noruegos Robert Johansson (décimo
tras un pobre salto de 100,5
metros y 119,9 puntos) y principalmente Daniel Andre Tande (decimotercero con 103,5 metros y 118,7
puntos) que llegaba en una gran forma a estos Juegos como cuarto en la Copa del Mundo. El corte de
los treinta primeros que pasarían a la ronda final lo marcó el ruso Evgeniy Klimov, quedando fuera de la
misma Janne Ahonen (40º).
La
ronda final se presentaba emocionantísima, con los principales favoritos
prácticamente igualados y con la posibilidad más que notoria de una gran
sorpresa como la de Stefan Hula.
Estaba
claro que se iban a ver grandes saltos en esta segunda ronda, y el primero que
sorprendió con uno muy bueno fue el esloveno Peter Prevc, que voló 113,0 metros (el tercer mejor salto de la ronda
final) para remontar desde el puesto 24 de la primera ronda a una más que
meritoria 12ª posición final.
Poco
a poco se iban acercando los saltos de los hombres importantes de la
competición, y el primero en hacerlo fue el noruego Daniel Andre Tande, realizando un magnífico salto de 111,5 metros (el
quinto mejor de la segunda ronda) que lo situaba momentáneamente en cabeza con
242,3 puntos (finalmente acabó en sexta posición).
Simon Ammann, al que nunca hay que
descartar, había sido 11º en la primera ronda y en la segunda realizó un salto
muy similar de 104,5
metros que le hizo conservar esa misma posición en la
clasificación final con 236,6 puntos totales.
El
que si consiguió resarcirse de su pobre desempeño en el primer salto fue Robert Johansson, que en esta ronda
final en la que partía décimo elevó su poblado mostacho hasta alcanzar los 113,5 metros (a la
postre fue el segundo mejor salto de la ronda final) que lo situaban en la
cabeza de la competición con 249,7 puntos, lo que le otorgaban una clara opción
de lograr presea, algo que acabaría consiguiendo con la medalla de bronce.
Llegaba
el momento de los grandes aspirantes al oro, y el primero en hacerlo fue Stefan Kraft, pero el austriaco no fue
capaz de soportar la presión tras el sexto puesto de la primera ronda y solo
saltó 103,0 metros ,
lo que le relegó a una lejana 13ª posición final.
Quien
si soportó la presión fue Andreas
Wellinger, que realizaba el mejor salto de toda la competición con 113,5 metros , la misma
distancia alcanzada anteriormente por Johansson,
lo que unido a un estilo impecable y un gran telemark le otorgaba la mejor
puntuación de la segunda ronda de saltos con 134,4 puntos y lo colocaba
claramente en cabeza de la clasificación con 259,3 puntos totales.
Llegado
a este punto solo quedaban cuatro saltadores para poder arrebatarle el oro a Wellinger, pero que cuatro… y el
primero en intentarlo fue Johann Andre
Forfang quien se fue a los 109,5 metros para totalizar 250,9 puntos, lo
que lo colocaba en segunda posición tras el joven alemán y que le acabaría
dando la medalla de plata.
El
siguiente en intentarlo fue Richard
Freitag, pero su pobre salto de sólo 102,5 metros lo dejó
incluso fuera de los puestos de diploma olímpico, al finalizar en novena
posición.
Llegaba
el turno del para la gran mayoría de la gente el gran favorito, Kamil Stoch, quien este mismo año se había
adjudicado el prestigioso torneo de los Cuatro Trampolines logrando la victoria
en todos ellos y de esta manera el Grand Slam, pero falló ligeramente en la
salida del trampolín y solo pudo alcanzar una distancia de 105,5 metros , lo que
con un total de 249,3 puntos lo relegaba a una triste cuarta posición a solo
cuatro décimas del bronce de Johansson.
Por
último quedaba ver si Stefan Hula
sería capaz de refrendar la gran prestación que realizó en su primer salto,
pero no fue así y el polaco, decimotercero este año en la general de la Copa del Mundo, solo saltó 105,5 metros , lo que
unido a su nota de estilo fue insuficiente incluso para lograr medalla,
quedando relegada a la quinta posición
final con 248,8 puntos totales.
De
esta forma, Andreas Wellinger se
hacía con un merecidísimo oro olímpico y le daba a Alemania el preciado metal
dorado individual en este Trampolín Corto 34 años después de que lo hiciese el
mítico Jens Weiβflog en Sarajevo
1984, aunque este bajo la bandera de la República Democrática
de Alemania, y 24 años después de que este mismo, ya bajo la bandera de la Alemania unificada, lo
lograse en el Trampolín Largo en Lillehammer 1994.
Ignacio Ortiz
@00CAFETERO