El Real Madrid levantó el título de campeón de la Supercopa Endesa tras imponerse al Barça por 89-79 con Facundo Campazzo como líder sobre la cancha. Anularon el efecto Mirotic y se impusieron gracias a su mayor intensidad, en defensa y ataque, y ritmo de juego.
Para esta final de Supercopa el Barcelona tuvo que superar al Valencia por 71-65 y el Madrid doblegó por 116-61 al Fuenlabrada. Con la victoria a posteriori de los blancos, estos alzaron su segundo título supercopero consecutivo, el sexto de su palmarés (1984, 2012, 2013, 2014, 2018, 2019). Así, Madrid y Barça ahora mismo están empatados como los dos equipos más laureados de este trofeo.
Los madrileños llegaron cinco minutos tarde a la final. Tuvo una mala puesta en escena en el partido con Anthony Randolph gafado en su persistencia en el lanzamiento y el Barça se puso con un 0-6. Nikola Mirotic fue el primero que clavó un puñal con un triple que inauguró el marcador. Pero Facu Campazzo puso fin a esta situación con una penetración atropellada pero efectiva y después Jaycee Carroll se apuntó a la reacción. A los cinco minutos, el 6-6 permitió a los locales comenzar de nuevo el partido.
Los dos equipos, sabedores de que su puesta a punto no es la ideal, intentaron fortificarse en defensa, pero entre que los sistemas todavía no fluyen en ataque y que la puntería todavía no está a pleno rendimiento, no hubo diferencias y el primer acto finalizó con un 21-20.
En el segundo cuarto, el Real Madrid se aprendió la lección y endosó al Barça un parcial de salida de 8-0. Gracias a su mayor intensidad defensiva y a su ritmo de juego, además del acierto de Rudy Fernández y de Jordan Mickey, el Real Madrid fue cimentando una ventaja sólida (36-25). El Barça intentó capear el temporal pero no encontró la manera de superar la defensa madridista. Ni Malcom Delaney, ni Brandon Davies que llevaron el peso anotador en el primer cuarto, encontraron relevo. El resultado del segundo acto, 27-13, es bastante explícito. Al descanso, 48-33.
Tras el paso por vestuarios, el Barça no consiguió poner sobre la pista nada nuevo que hiciera que las distancias se acortaran y el Real Madrid, poco a poco pero con paso firme fue consolidando el marcador, 54-35. La intimidación de Walter ‘Edy’ Tavares, el oportunismo y la efectividad de Carroll y la dirección de Campazzo fueron importantes en el tercer acto.
Davies se echó al equipo a su espalda y desde la lucha por el rebote, la anotación y la garra hizo posible que el Barça volviera al partido (54-45), tras un parcial demoledor de 0-10 en minuto y medio, con la cuarta personal de Tavares incluida. Así, hasta el final del tercer cuarto el partido se igualó y el intercambio de canastas fue la tónica hasta llegar al 69-63, con protagonismo anotador para Mirotic.
Con sólo 6 puntos de ventaja y sus dos pívots con 4 personales, el Real Madrid echó mano del capitán, de Felipe Reyes, y pasó a jugar con cinco pequeños. El Madrid ganó velocidad en ataque y en defensa y restituyó parte de su ventaja (74-65). El Barça empujó con Mirotic al mando, pero el gran trabajo de Rudy evitó males mayores, 78-70 a falta de cuatro minutos. Laso movió piezas y la experiencia acumulada de los jugadores hizo el resto. FUENTE