Siguen con paso firme los San Francisco 49ers esta temporada y ya están en la Super Bowl. Tras anular a los Vikings en la Ronda Divisional, doblegaron a un nuevo rival de la NFC Norte, los Green Bay Packers en la Final de la Conferencia Nacional, y además lo hicieron con solvencia (37-20). Los de California volverán a luchar por el Vince Lombardi como ya hicieron en 2012, pero no lo levantan desde 1994, tiempos de Jerry Rice.
El partido empezó con varios intercambios defensivos, hasta que en un drive rápido de algo menos de cuatro minutos, Raheem Mostert se escapó durante 36 yardas hasta la endzone. Mientras, la defensa de San Francisco dominaba y provocaron un fumble que, aunque no lo recuperaron, hicieron que el punt fuese muy corto con lo que ampliaron la ventaja con una nueva anotación de Mostert.
El marcador se ponía en 17-0, con el running back corriendo a sus anchas (el mejor partido de su vida, 220 yardas en 29 intentos, 2ª marca más alta de la historia en yardas terrestres de un partido de postseason), y el front-seven atosigando el pocket. Esta fue la tónica del partido que no variaría en el resto del encuentro, y los 49ers dominaron de principio a fin.
Los Packers no agacharon la cabeza y remaron todo el tiempo. Entraron en el campo contrario con carreras de Aaron Jones (56 yardas), pero un mal snap facilitó un fumble y la posesión pasaba a los 49ers. Drive en el que Mostert rompió una vez más a toda la defensa de Green Bay y añadieron 3 puntos más al marcador. En el posterior kickoff, al retornador de los Packers Tyler Ervin se le cayó el balón y solo pudo moverlo hasta la yarda 8. Para colmo, Emmanuel Moseley interceptó rápidamente y llevó el balón a la 30, y Mostert torturó de nuevo con un acarreo de 18 yardas.
No le salía nada en condiciones a los Packers. Aunque habían tenido casi el mismo tiempo de posesión ambos equipos, la franquicia de Wisconsin solo acumulaba 93 yardas de pase y 51 corriendo, mientras que San Francisco ya había sumado 410 yardas, la mayoría haciendo lo mismo: balón al corredor y que este se encargue de penetrar por la defensa de Matt LaFleur. Solo había cabida de un milagro para que Green Bay revirtiera la situación, yéndose al vestuario perdiendo por 27-0.
Aaron Rodgers (31/39 para 326 yardas) no tiró la toalla y empezó bien el tercer cuarto con su primer drive puntuador, minando a pases a Davante Adams y a dar snaps para Jones, siendo el RB el autor del touchdown. Sin embargo, las carreras resultaban imparables para los Packers y San Francisco no tardó en volver a sumar con Mostert, su cuarta anotación.
Con el marcador en un demoledor 34-7 afrontó el último cuarto Green Bay, en el que la primera jugada fue un pase de 65 yardas a Jimmy Graham. El TE fue placado justo sobre la goal line y el balón no entró. Se encargó Jones de pisar en la endzone, pero la conversión de dos puntos fue incompleta.
A la desesperada, los Packers efectuaron un onside kick inservible. El partido había muerto, con incluso Jimmy Garoppolo sin apenas ejercer trabajo (completó únicamente 6 lanzamientos para 77 yardas, la segunda marca más baja de la historia de pases para acabar ganando un juego de Playoffs). El marcador fue maquillado con una big play a Adams que propició una anotación del rookie Jace Sternberger (34-20). Por su parte, San Francisco era una máquina de ganar primeras oportunidades, y anotaron un field goal más para consolidar la victoria. El encuentro se cerró con una intercepción del incansable Richard Sherman.