Allá por verano del 2014 un amigo me dio a conocer el Madden NFL y con ello el deporte del fútbol americano. Él, seguidor ocasional de los equipos de Boston, me incitó a seguir la propia NFL en esa temporada 2014/2015 y ser a principio de los New England Patriots, el equipo más odiado por entonces. Caballo ganador del cual aún me alegro esporádicamente de sus triunfos. Pero del que me bajé para montarme en un caballo totalmente diferente... los Chicago Bears.
Disfruté de los Tom Brady, Julian Edelman y Rob Gronkowski. De la intercepción de Malcolm Butler a los Seattle Seahawks y de la histórica remontada a los Atlanta Falcons en la Super Bowl 51. Sin embargo, mi historial no casaba con ser uno más de New England. Soy seguidor de todo el deporte americano, y amante de sobre todo las franquicias canadienses ya que llegué al país norteamericano por un paisano. Un tal José Manuel Calderón y su largo paso por los Toronto Raptors. A su vez, un trabajo para el instituto me dio a conocer en profundidad la historia, la vida y la increíble personalidad de Michael Jordan. Lo que me hizo también girarme y mirar a los Chicago Bulls.
Seguidor de ligas antes que de equipos
Sin embargo, cuando sigo un deporte decido seguir toda la liga en sí. Por ejemplo, de la NFL entre partidos en directo, condensed y resúmenes en highlights me veo toda la temporada regular al completo y Playoffs. Más de lo mismo por la NBA, NHL y MLB. De los mejores encuentros en cada jornada, los veo a posteriori bien sea completo o por condensed. De cualquier equipo. Es decir, para iniciarse en un deporte lo mejor es comenzar siguiendo a un solo equipo. Pero después mi locura me lleva a seguir lo más amplio que puedo la liga en cuestión.
Y sobre todo de apoyar a los equipos humildes en cualquier competición. Siempre ser y querer que gane el equipo pequeño. Si por ejemplo en una final de NBA están Los Angeles Lakers y los Charlotte Hornets, sin que nadie se ofenda, apoyaré a la franquicia de los Hornets que no han ganado nada nunca. Aunque a priori ni sea de ninguno de esos dos equipos ni "me importen" ni siga ninguno de los dos.
Canadá o estado de Illinois
Así, cuando llegaba a los otros deportes siempre he intentado seguir equipos de Canadá que suelen ser más rebuscados y sin muchos éxitos, y si no existen, equipos de Illinois. Aterricé en la NHL hace muchos años también por el videojuego y ante tantas franquicias de Canadá, por colores y modestidad elegí a Vancouver Canucks. Y equipo sin una sola Stanley Cup aún. Pese a que en su día me iba alegrando a la vez por las exitosas temporadas de los Chicago Blackhawks, campeones en 2010, 2013 y 2015.
Por el baloncesto universitario, a parte de seguir al flojo equipo de Illinois, decidí apoyar también a North Carolina, obviamente, por ser la universidad de Jordan. Por la WNBA, sin duda las Chicago Sky de por entonces una de mis jugadoras favoritas, Elena Delle Donne. Mucho más tarde para seguir la MLB decidí respaldarme en los Toronto Blue Jays, sin dejar de mirar la progresión de los Chicago White Sox. Los Chicago Cubs acababan de ganar recientemente las World Series de 2016, así que descartados. Y más recientemente, en 2020 irrumpió una nueva franquicia en la joven NWHL, las Toronto Six. Así que ya tenía equipo en la liga de hockey femenino.
De esta manera, después de varios años de disfrutar los éxitos de Brady y Bill Belichik para iniciarme y engancharme a la NFL, sin equipos canadienses estuve básicamente un par de temporadas sin seguir fielmente ninguna franquicia. Solo persiguiendo los resultados de los Patriots y ya iba viendo también los de los Chicago Bears. Pero viendo todas las jornadas completas sin emplear especial atención a ningún equipo. Y además, los de Illinois no tenían nada atractivo por aquél entonces, en temporadas bajas con Jay Cutler de quarterback... Todo hasta que viajé a Londres.
Viaje a Londres y empezar a ser fiel de los Bears
Allí, presenciando uno de los NFL London Games como fue el Carolina Panthers contra Tampa Bay Buccaneers del 2019, cambié ligeramente el chip. El ver con la pasión con la que apoyaban los aficionados a sus respectivas franquicias, independientemente de sean del punto del que sean del mundo (alemanes, americanos, ingleses, franceses, españoles, etc.), me volvió a entrar el gusanillo de ser más fiel a un solo equipo. Tener ropa y merchandising de la franquicia, seguir en mayor profundidad a la plantilla, a la historia del equipo, y tener cada fin de semana de football un equipo al que ver con más ganas que a ningún otro.
Así, viendo el poco éxito que tenían los Bears de Illinois, decidí desde entonces ser mucho más de la franquicia de Chicago. Aunque al menos venían de un 2018 brillante. Además, su nueva defensa extraordinaria liderada por Khalil Mack es algo que también me identificaba por ser jugador defensivo en mi equipo de Flag Football y gustarme mucho más la defensa que el ataque.
En resumen, siempre que he seguido una competición deportiva, en este caso una liga americana, he tirado por seguir equipos o franquicias modestas, sin muchos éxitos. Y preferiblemente que provengan del país de la hoja de maple. De no haber equipo canadiense, Michael Jordan es el culpable de que gire la cabeza también hacia los equipos de Chicago. Comenzando por los Bulls y terminando por los Bears. E incluso en el college football, de donde tras toda la maraña de universidades y conferencias, la mediocridad de Northwestern fue la elegida para empezar a enamorarme también de la NCAA hace un par de años.
Seguir muchas ligas, el hockey hielo, el fútbol americano, el baloncesto, el béisbol... pero tener solo una identidad. La identidad de tu ciudad (Chicago), de tu estado (Illinois) o de tu país (Canadá como el otro único país que forma parte de tres de las cuatro grandes ligas americanas). Y apoyar a todos los equipos de allí de todas las modalidades deportivas. Es el espíritu del aficionado y del deporte estadounidense. En mi opinión, el mejor estructurado y el más competitivo del mundo que hace que cualquier franquicia pueda optar en algún año o en alguna época a ser campeón.
