No hubo sorpresas y los Houston Texans seguirán viendo las Finales de Conferencia desde casa. Sucumbieron por 10-34 ante unos Baltimore Ravens que, sin embargo, lucharán por primera vez por ser campeones de la AFC en hace once años, justo cuando ganaron su última Super Bowl en 2013. Igualmente, extraordinaria temporada de la franquicia texana de la cual se augura un futuro esperanzador con un equipo muy joven y de mucho potencial.
Sin embargo, el partido estaba tremendamente cerrado e igualado al descanso. Cualquier cosa podía pasar. Pero sin duda John Harbaugh ajustó a las mil maravillas a su equipo y los Ravens dominaron de principio a fin la segunda mitad, tanto con la defensa dando un paso adelante como el ataque liderado por la estrella Lamar Jackson. El quarterback una vez más estuvo exultante con cuatro touchdowns combinados repartiendo 152 yardas aéreas (16/22) y corriendo once veces para un centenar de yardas.
Espadas por todo lo alto en la 1ª parte
En el primer cuarto ninguna ofensiva destacó y solo vimos dos tiros de campo certeros. Justin Tucker convertía para los Ravens desde la yarda 53 y Ka'imi Fairbairn desde la 50 empataba a 3-3. Tras ello, ya en el segundo cuarto llegaría el primer buen drive de Baltimore. Carrera de Lamar de 23 yardas, pase largo para Zay Flowers de 17 yardas, Gus Edwards acarreando y nueva escapada del QB ahora por 15 yardas. Todo para visitar primera y gol y encontrar Lamar Jackson a Nelson Agholor para el touchdown.
Pero la alegría de los Ravens se cortó ipso facto. Después de que su defensa consiguiera un tres y fuera, Baltimore atacaría pero un par de penalizaciones arruinaban el drive pronto. Despejaban y, el retornador Steven Sims, sorprendía y encontraba sitio entre los bloqueos logrando un retorno para touchdown de hasta 67 yardas. La contienda se igualaba así a diez puntos al descanso. Es más, los Texans pudieron irse por delante a vestuarios, pero Fairbairn fallaba un field goal de 47 yardas desaprovechando dos pases maravillosos que había dado C.J. Stroud con Nico Collins, de 29 y 16 yardas de avance cada uno.
El quarterback de Houston no obstante finalizaría con una escueta participación, para lo que nos tiene acostumbrados, de 175 yardas por aire en 19/33 pases completados. Tampoco consiguió ayudar mucho el running back Devin Singletary con solo 22 yardas. Y es que en la segunda mitad la defensa de Baltimore se creció de lo lindo, comandada por Roquan Smith y Patrick Queen.
Lamar Jackson tiró de los Ravens una vez más
Mientras tanto, la ofensiva de Lamar Jackson salía con todo. Tres buenos lanzamientos completados recorrieron el campo después de que Devin Duvernay regresara el kickoff inicial por 37 yardas. El drive lo coronaba Lamar con una espectacular carrera de 15 yardas para touchdown (10-17).
Desde entonces, los Texans no encontraban continuidad desde el ataque y tras patear sucesivamente, se fueron encontrando anotaciones en contra que fueron enterrando sus opciones en esta Ronda Divisional. Los Ravens se metían al último cuarto con una posesión de hasta siete minutos en la que progresaron 93 yardas con especialmente acciones de Edwards, Justice Hill y una big play de Rashod Bateman de 21 yardas. Lamar daba su segundo envío a la endzone ahora para el tight end Isaiah Likely, de 15 yardas (10-24).
Un nuevo tres y fuera forzaba la defensa de Ravens y anotaron una vez más para sentenciar el encuentro. El juego de carrera, que totalizó 229 yardas con Dalvin Cook también siendo partícipe, percutió constantemente la defensa de Texans en este drive que remataba precisamente Lamar Jackson, corriendo. Su segundo touchdown terrestre en el partido, de ocho yardas, para poner el 10-31.
Ya desesperados, los de DeMeco Ryans se tuvieron que jugar un rápido cuarto down a seis yardas donde Stroud intentó buscar en profundo a Dalton Schultz, pero sin éxito. Con esa buena situación de campo a cinco minutos del final, los Ravens coronaban esta segunda parte con un field goal que dejaba un parcial demoledor de 24 puntos sin respuesta.
Otra vez los Chiefs verdugos de los Bills
De nuevo teníamos un plato fuerto en los Playoffs entre Kansas City Chiefs y Buffalo Bills. Y volvió a ser un partidazo que pasará a la historia de la NFL. Y de nuevo, los Chiefs se cargaron a unos Bills que, en las cuatro últimas temporadas, han sido eliminados tres veces por los de Patrick Mahomes en Playoffs. Que por cierto, el quarterback lleva seis años disputando postemporada con los Chiefs y seis clasificaciones consecutivas a la Final de Conferencia.
Los Chiefs vencieron por 27-24 en un partido infartante que entre finales del segundo cuarto y arranque del tercero, se tuvieron tres alternancias en el marcador en menos de siete minutos. Los de Andy Reid se ponían con un 20-17 anotando Travis Kelce su segundo touchdown en posiblemente su mejor partido de esta temporada. Mahomes y Kelce se convierten así en la pareja con más touchdowns en Playoffs con 16, por delante de los 15 conseguidos por unos tales Tom Brady y Rob Gronkowski y de los 12 de Joe Montana con Jerry Rice.
Los Bills por su parte habían golpeado con dos anotaciones de un inconmensurable Josh Allen, quien , más tarde, en un complejo tercer down, daba un gran pase de touchdown a Khalil Shakir para retomar el mando, 20-24.
El toma y daca continuó y ahora los Chiefs golpeaban por medio de un espectacular Isiah Pacheco (97 yardas terrestres). Tras ello, los Bills cometieron el error de jugarse un 4&5 en su campo que no salió, por medio de Damar Hamlin. Parecía un instante crucial en el que si los Chiefs volvían a anotar, la victoria estaba cantada. Y lo tenían en bandeja tras una carrera brillante de Pacheco por 29 yardas. Pero en un pase corto después a Mecole Hardman, a orillas de la endzone durante el placaje de Jordan Poyer, se le escapaba el balón y acababa en fumble y touchback.
Tras un par de despejes, los Bills tuvieron un posible drive ganador. Josh Allen estaba crecido y convertía complicados terceros downs e incluso un cuarto down. Finalmente, dentro de los dos últimos minutos y en la yarda 26 contraria, los Chiefs desde la defensa forzaron el field goal. Una patada de Tyler Bass que empataría el encuentro, pero los fantasmas de fallar tiros de campo volvieron a Buffalo, como en la Super Bowl perdida de 1991. Desde la yarda 44, no entraba el balón en los palos.