
Desde los asaltos iniciales, Rigondeaux se mostró superior a su contrincante, que había bajado desde el peso pluma, pero en el séptimo cayó dos veces, derribado por el japonés, aunque se sobrepuso. En el octavo, el cubano recuperó la iniciativa y a partir de ese momento castigó a su oponente hasta mandarlo a la lona en el décimo round. FUENTE