Pasar de un 6-1, líderes indiscutibles de la AFC y aún más de su división Oeste, con un solo tropiezo ante los Pittsburgh Steelers en la sexta jornada, a un 6-6 que les hace peligrar el liderato de división y la clasificación a Playoffs en sí, por pérdidas ante rivales directos de la Conferencia Americana. Esto es lo que ha ocurrido en la franquicia de los Kansas City Chiefs en la actual temporada de la NFL.
Los Chiefs se han caído en esta temporada
Tras siete semanas de cosechar cinco victorias seguidas sin saborear la derrota, el equipo que dirige Andy Reid ha entrado en la debacle total, con una racha totalmente a la viceversa, tirando por la borda una temporada que se las prometía de muchos éxitos, incluso inauguraron el año batiendo a los campeones New England Patriots con autoridad en la Week
1 (42-27). Pero muy lejos quedan ya esas semanas de bonanzas entre los
Chiefs, quienes se han visto afectados por falta de rotación en defensa,
y con un ataque que hasta ha puesto en duda la continuidad como titular del quarterback Alex Smith.
Y es que el principal motivo de este descenso de nivel de juego que les ha llevado a perder ante equipos a priori fáciles como los hundidos New York Giants, un rival claro en la lucha por la Wild Card como los Buffalo Bills o esta semana ante los New York Jets, han sido la lesión de uno de sus jugadores más relevantes en uno de los mejores equipos defensivos del comienzo de liga.
La defensa afectada por la ausencia de Eric Berry
Eric Berry dijo adiós a la temporada al romperse el tendón de Aquiles en el primer partido que disputaron en el Gillette Stadium y donde defendió de forma maravillosa a Rob Gronkowski a quien dejó en 33 yardas. Después de perder a uno de los mejores safeties de toda la NFL y dejar coja a la secundaria, los Chiefs están sufriendo la baja de nivel del veterano linebacker de 35 años Derrick Johnson en el front-seven, a quien le han asignado un rol con menos minutos sobre el césped, y también no han podido contar con el OLB Tamba Hali, en la Injured Reserve hasta la semana 9. Por último, cada vez echan más de menos en la línea defensiva de Kansas City al DT ahora de los Falcons, Dontari Poe.
Todos estos factores han influido en un
grupo defensivo que actualmente se posiciona como el tercer peor equipo
parando la carrera (129'4 yardas por partido) y el quinto parando el
pase (252'8 yardas), que lleva un solo turnover en los últimos cuatro partidos,
y que en la racha negativa en la que se encuentran de 1-6, han
conseguido alcanzar al QB rival únicamente en 7 ocasiones, es decir, una media de un sack por encuentro.
Es más, en total cuentan con 21 capturas esta temporada, encajados en
la posición 27 de la NFL, muy lejos de los mejores en esto que son los
Jacksonville Jaguars (45 sacks).
Y esto se traduce en que los quarterbacks
del otro lado del campo muevan cadenas a placer, casi sin presión
alguna por parte de la línea, estructurada en un 3-4 que muchos indican
la necesidad de hacer un cambio drástico a un front-seven de 4-3
cargando más la línea defensiva, justamente lo contrario que han ido
haciendo en los últimos años: han parcheado exclusivamente el cuerpo de linebackers con hombres como Dee Ford, Justin Houston o Frank Zombo, pero sin éxito, dejando en olvido al grupo de defensive tackles que ya apenas tienen gasolina para alcanzar al pasador rival.
Además, si se cuenta con que en los córners poseen únicamente las garantías del inestable Marcus Peters (esta semana no podrá jugar por sanción del propio club) y de Terrance Mitchell, ahora reforzado con el regreso del veterano CB Darrelle Revis, nos deja una secundaria cada vez venida a menos por la falta de Eric Berry, y, a su vez, más fácil de franquear.
Mucho trabajo tiene el coordinador defensivo Bob Sutton para tratar de olvidar la temporada 2014 cuando no lograron acudir a Playoffs,
la única vez que no lo han conseguido en las últimas cinco campañas
donde la defensa solo recuperó el balón en diez ocasiones tras disputar
doce partidos. Este año llevan 14, muy próximos a ese curso que se aleja
de las 26 que lograron en 2013 y las 23 y 25 que obraron en 2015 y
2016, respectivamente. Parecen ir por el mismo camino.
El ataque se ha atascado y no dura mucho en el campo
Sin embargo, también tiene mucha parte de culpa la ofensiva que todo el mundo pone en duda, dirigida por Alex Smith. Aunque se mantienen en el top diez de yardas conseguidas
tanto por tierra como por aire en ataque (6ª mejor ofensiva avanzando
yardas, 368'2 por partido), esto perdura debido principalmente a las big-plays que últimamente se ven repetidas en los últimos partidos, destacando las recepciones del tight end de moda, Travis Kelce.
Lo que sí es real es la disminución del tiempo de posesión.
En los cinco primeros partidos promediaron algo más de 6 minutos de
tiempo con el balón; en los últimos cuatro juegos perdidos, solo
tuvieron el “football” más segundos que el rival cuando jugaron
ante los Giants. De hecho se demuestra en el último partido en New York
que el ataque salió al campo tan solo por 17:11 minutos, y que la
puntuación tan alta de 31 puntos fue gracias a las dos anotaciones de
Kelce en big-plays, y a las otras dos de Tyreke Hill en la segunda parte, también por pases de más de 25 yardas.
Echan de menos a Kareem Hunt
Así, se puede deducir atendiendo a sus
últimos juegos que una de las principales causas de que la defensa se
encuentre tan agotada es que están mucho más tiempo sobre el campo que
antes (los Jets, con un QB nada del otro mundo como Josh McCown, les
endosaron 38 puntos, en total 488 yardas aéreas y 157 en carrera, claro
que ayudó los casi 43 minutos de juego ofensivo que disfrutaron). Y es
que llama la atención quien lideraba el ataque en las primeras jornadas,
un tal Kareem Hunt, un rookie que puso en boca de muchos el llevarse el premio a novato del año durante las primeras cinco jornadas, cuando lideraba la ofensiva de su equipo (media de 121'8 yardas por encuentro y acumuló 4 touchdowns). Desde entonces, no ha vuelto a irrumpir en la endzone, desde el enfrentamiento con los Chargers en la Week 3.
Aunque el running back siguió
aportando yardas, poco a poco el juego necesitó cambiar su dinámica, un
ataque desfondado ante las defensas rivales quienes ya tenían demasiado
bien estudiado la forma de jugar de los Chiefs. El juego de carrera hacía correr más el reloj y facilitar el trabajo de Alex Smith, un quarterback
limitado a hacer lo imprescindible vía aérea. Esto se demuestra que en
los primeros enfrentamientos, ante equipos con defensas muy serias como
Eagles o Texans, Hunt era el hombre que más aportaba de todos los
jugadores, nadie resonaba más que él en las estadísticas de los partidos
de Kansas City. Ahora su media se ha reducido a 50 yardas en los
últimos seis encuentros, desde la última victoria que sacaron ante los
débiles Denver Broncos.
Todo esto ha llevado a reducir el buen ritmo ofensivo de los Chiefs, orientado ahora a más lanzamientos hacia Tyreke Hill (promedio de 86’8 yardas en los últimos 6 partidos y acumula esta temporada 6 touchdowns,
la mitad de ellos en los últimos tres juegos) o Travis Kelce (72’6
yardas por noche), sucediéndose así más pases incompletos y llevando más
tiempo de actuación a la defensa, haciéndola mostrar sus “vergüenzas”,
necesariamente reforzada con la vuelta de “The Island” al terreno de juego.
Desde la victoria que obtuvieron en Oakland en la Week 7, Kansas City ha completado tan solo el 31% de situaciones en terceros downs (en 70 intentos), y han aprovechado la irrupción en las redzones únicamente
cuatro de las catorce veces que se han visto tan cerca de la zona de
anotación, es decir, un pobre 28’6% de conversión en puntos desde la redzone.
¿Y si juega Pat Mahomes?
Y así se abrió el debate de sentar a Alex Smith, el quarterback hasta
el momento titular indiscutible que tiene claro que no continuará el
año que viene en la franquicia de Missouri (al contrato le resta un año
más, que podían cancelar por solo 3’6 millones de dólares). Resuena en
las últimas semanas la irrupción del rookie (nº 10 del Draft) Pat Mahomes
por el que pagaron dos primeras rondas a los Bills, ante las duras
críticas sobre Smith de incluso el propio entrenador Andy Reid,
culpándole indirectamente de lo que está sucediendo en el ataque de los
Chiefs: “El responsable del ritmo del ataque es el quarterback. Él
mismo te lo dirá, porque es un hombre que siempre da la cara y que
siempre está pensando en mejorar”, aunque este también ha afirmado que nunca ha dudado de su titularidad.
Sacar a Mahomes llevaría (seguramente) a
ponerle en prueba en los cuatro encuentros que restan de la temporada,
olvidando quizás ya los Playoffs que parecen tener más posibilidades Los Ángeles Chargers o incluso Oakland Raiders. Ambos han logrado empatar el balance de 6-6 y la división Oeste va a tener una recta final muy cara.
Primero Oakland, después Chargers, y, para acabar, Miami Dolphins y Denver Broncos (los tres primeros partidos serán en su Arrowhead Stadium). Sin duda en Kansas City les esperan aún dos encuentros muy emocionantes, los cuales si quieren ganar y seguir en la lucha por el liderato o por la Wild Card,
deberán encontrar alguna solución momentánea a ambos lados del campo,
pues tanto el ataque como la defensa tienen parte de la culpa de que los
Chiefs se hayan venido tan abajo en estas trece semanas de NFL, con cuatro derrotas consecutivas.