Las españolas, campeonas en 2016, no pudieron poner la guinda al pastel en Kazá al caer derrotadas ante Brasil, que se mostraba superior en ambos sets y se llevaba el bronce por la vía rápida (14-10- 15-10). Las triples campeonas del mundo, a través de su trabajo defensivo, lograban secar a las pupilas de Dani Lara, que no conseguían imponer el ritmo de juego deseado para sus intereses.
Por su parte, la selección española masculina se jugaban la clasificación para la cita del próximo año ante la anfitriona Rusia. Tan solo una plaza para dos de las potencias mundiales en balonmano playa, y que se iba a llevar España con bastante claridad, mostrando el nivel de juego que ha realizado a lo largo de todo el torneo (14-23, 22-23). Altos índices de eficacia ofensiva para el conjunto de Jaime Osborne, que lograba de esta forma frenar las acometidas rusas y llevarse el partido y el quinto puesto final. Hungría se colgó la medalla de bronce, su primer metal desde 2010, tras superar a Suecia en la lucha por el tercer lugar. FUENTE

