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| Foto: Gabriela Bhaskar/The New York Times |
Hace cuatro años, en los Juegos Olímpicos celebrados en PyeongChang, el esquí de fondo estadounidense vivió uno de los momentos más icónicos de su historia: Jessie Diggins y Kikkan Randall ganaron la medalla de oro en el sprint por equipos, el primer oro de la historia para Estados Unidos en las pruebas de esquí de fondo. La grandeza de esa hazaña no reside tan solo en el hecho de conseguir la histórica medalla, sino también en las contrincantes a las que vencieron para conseguirlo: el temible equipo sueco formado por Charlotte Kalla y Stina Nilsson, que tuvo que conformarse con la medalla de plata y la no menos potente escuadra noruega, con Marit Bjoergen y Maiken Caspersen Falla ocupando el tercer lugar en el podio.
Sin duda, Kikkan Randall no podría haber soñado con un final de carrera mejor que ese. Pero Para Jessica Diggins esa medalla de oro no era más que un comienzo. La esquiadora de Minnesota ha roto algunas barreras para el esquí de fondo estadounidense en los últimos años. En la temporada 2020/2021 se convirtió en la primera mujer estadounidense en ganar la Copa del Mundo y la segunda esquiadora en lograrlo tras Bill Koch. que ganó el campeonato masculino en 1982. Además, Jessica Diggins se proclamó campeona de una de las competiciones más exigentes dentro del calendario del esquí de fondo internacional: el Tour de Ski, siendo la primera esquiadora no europea en ganarlo. Sin embargo, quedaba una barrera más que romper: la de ser la primera mujer estadounidense en conseguir una medalla individual en los Juegos Olímpicos, algo que Diggins consiguió ayer al ganar la medalla de bronce en la prueba de sprint.
Diggins ganó su serie de cuartos de final con cierta solvencia, quedando por delante de la sueca Emma Ribom, que también se clasificó para las semifinales, y la alemana Pia Fink. Sin embargo tuvo que enfrentarse a una dura semifinal en la que quedó segunda por detrás de la propia Ribom tras luchar hasta el final con Veronika Stepanova y la noruega Maiken Caspersen Falla.
En la final se iba a encontrar con su compatriota Rosie Brennan, que acabó en un meritorio cuarto puesto, la suiza Nadine Fähndrich y el temible trio sueco formado por Emma Ribom, Maja Dahlqvist y Jonna Sundling. Durante buena parte de la carrera parecía que las tres esquiadoras suecas iban a hacer buenos los pronósticos y ocupar los tres cajones del podio, sin embargo ni las dos norteamericanas ni la suiza se rindieron en ningún momento y en un agónico final fue Jessie Diggins, la que rompió el dominio sueco alcanzado la tercera plaza por detrás de Dahlqvist, oro, y Sundling, medalla de plata, para agrandar un poco más su leyenda olímpica.
Una leyenda que escribirá su próxima página este jueves a partir de las 8:00 cuando se dispute la carrera de 10 Km en estilo clásico.
