
La primera parte fue totalmente australiana, los holandeses no estaban demostrando su condición de favoritos después de la victoria ante España. La selección de Van Gaal salió con las líneas muy retrasadas y no encontraban la forma de llegar al área contraria. Sin embargo, los oceánicos si sabían meter peligro a la zaga holandesa con varios disparos de Bresciano y buenas jugadas de Leckie.
Pese a todo, fue Robben quien estrenó el marcador en el minuto 21: recuperó un balón en la línea divisoria del centro del campo, controló por el pasillo de la defensa australiana y batió a Ryan. El fútbol una vez más parecía ser injusto, pero esta vez por tan solo 70 segundos, ya que en el 23, el veterano Tim Cahill volvía a golear en un Mundial, y con un auténtico golazo además: McGowan la centró desde la banda derecha hacia el segundo palo donde se encontraba Cahill que la enganchó con una espectacular volea que golpeó el larguero antes de entrar.

De esta forma, a los 10 minutos de arrancar el segundo tiempo, Australia se adelantaba en el marcador después de que Jedinek transformase un penalti provocado por una mano de Janmaat. Cillesen no supo leer el tiro.
Pero tampoco pudieron celebrar mucho ir por delante en el marcador, ya que el pistolero Van Persie tras un buen pase interior de Depay pegó un zurdazo que acabó con el balón en el fondo de las mallas. Pese a este varapalo, los australianos no se rendían y con sus cualidades que andaban desmoralizando parcialmente a la "oranje" mantuvieron el nivel y asustando a los hombres de Van Gaal.
Pero el fútbol es injusto. Y el empate se rompió con un trallazo desde fuera del área de Depay que acabó en gol por las blandas manos de Ryan, lo que dio la victoria muy apurada a Holanda.