Éder, un héroe anónimo que llegó a la Eurocopa casi como relleno en la plantilla lusa, dio a Portugal el primer título de su historia, una Eurocopa que mereció por su capacidad de supervivencia durante el torneo y en una final en la que ni la ausencia de Ronaldo la descompuso, frente a una decepcionante selección francesa.

No hubo duelo Cristiano-Griezmannm porque Dimitri Payet lo evitó. El delantero del West Ham acabó en poco más de un cuarto de hora con la que se suponía la gran atracción. Con dos duras entradas, enterró los sueños del capitán portugués. FUENTE