Un año muy esperanzador de baloncesto le espera a la ciudad de Massachusetts. Los Boston Celtics parecen ya claros aspirantes al título de la Conferencia Este, algo que no dudaría nadie si hubiesen logrado el soñado fichaje de Kevin Durant, pero finalmente se tuvieron que "conformar" con la llegada de Al Horford.
Sin duda estos Celtics van a pasar de la reconstrucción llevada a cabo en los últimos 3 años al mando de Brad Stevens,
tras la marcha de Doc Rivers y la espléndida generación comendada por
Paul Pierce y Kevin Garnett, a la lucha por realizar un papel importante
en Playoffs y qué menos, poder combatir por buscar la final de
conferencia.
Esta
evolución del equipo puede alargarse porque aún disponen de varias
futuras rondas del Draft importantes con las que pueden jugar en los
próximos traspasos, pero ya no por mucho tiempo, pues el nuevo equipo
está muy asentado y con unas bases muy firmes donde ninguna posición
cojea. Esto se ha conseguido completar gracias al traspaso del pívot
dominicano Al Horford (14'3 puntos y 8'9 rebotes por encuentro), todo un
All-Star en su posición y que ocupará con su versatilidad y buen hacer
en la pintura este puesto que tantos quebraderos de cabeza dio Jared Sullinger, ahora jugador de Toronto Raptors.
La otra baja de los Celtics en este verano, pero esta ya menos grata, ha sido la de Evan Turner que
se unirá a los Portland Trail Blazers. El número 2 del Draft de 2010 ha
sido una pieza importante en los tres equipos que ha jugado (76ers,
Pacers y Celtics) con un promedio en temporada regular de 10'7
puntos, 5'2 rebotes y 3'8 asistencias por noche, en más de 28 minutos
por juego. Además, en Playoffs con Boston aumentaba sus números en
cierta cantidad, siendo un escolta clave para su equipo.
Su ausencia la tendrá que hacer olvidar el banquillo que se muestra como un fondo de garantías. Entre ellos, Avery Bradley, Marcus Smart e incluso Jae Crawford tendrán
que seguir siendo fuertes defendiendo en la línea exterior como bien
llevan haciendo, y progresar y mejorar en el ataque para que no todo
dependa de Isaiah Thomas, de tal
manera que en los contraataques y transiciones aparezcan nuevas caras,
esas jugadas que fueron vitales en cada victoria de Boston la temporada
pasada.
El
más pequeño ha acabado siendo el más grande en una franquicia. Este
base de 1'75 metros ha pasado de ser el sexto hombre al líder de la
ofensiva de los Celtics. El año pasado llegó a sumar 22'2 puntos por
partido, incluyendo 3 capturas y hasta 6'2 asistencias entre los
82 encuentros, con solo tres sin ser titular.
Por
ello, aunque aún sin una estrella que vislumbre y sobre la que recaiga
la responsabilidad en partidos importantes, el equipo de Boston apuntará
a partir todos los partidos con Isaiah Thomas por delante, Avery
Bradley como sustituto de Turner, Jae Crowder de alero, y bajo la pintura dos seguros de la liga como son Al Horford y Amir Johnson.
Por último mencionaremos al rookie estelar para esta temporada en Massachusetts, con 19 años, Jaylen Brown.
La tercera elección de la 1ª Ronda del draft, proveniente de la
universidad de California, demostró ser un alero atlético, intenso y con
velocidad, apto para ser un relevo en las posiciones dos y tres.
Lejos
debe quedar la eliminación dolorosa en primera ronda ante Hawks 4-2 en
la pasada postemporada, y mirar hacia las finales de conferencia
para demostrar que la reconstrucción ya ha sido una fase completada.