
Un ataque comandado indudablemente por un quarterback leyenda e histórico, que aún a sus 39 años sigue jugando y poniendo su nombre en boca de los posibles MVPs de la regular season de la NFL, Tom Brady. Disputará su séptima Super Bowl e intentará reeditar lo ocurrido hace dos años: los Patriots nuevamente campeones, el quinto Vince Lombardi para Boston.
Tras verse la línea ofensiva superada en la ronda divisional ante Houston Texans, donde lograron dos sacks y cuatro golpeos a un Brady que solo completó 18 de los 38 lanzamientos que intentó, el quarterback recuperó las sensaciones que lo han hecho erigirse como aspirante a MVP: 384 yardas (32/42, 76% de acierto) con 3 touchdowns y QB rating de 127.5. Y es que, comenzando por el center sophomore David Andrews, y continuando por Marcus Cannon, Joe Thuney y Nate Solder,
conforman a una línea que se vio muy recuperada en el duelo con
Pittsburgh ante una línea defensiva que asustaba mucho por sus 9
capturas en los últimos 9 encuentros y por un buen pass rusher interior, el principal blanco de los Patriots en estos aspectos.
Sin embargo, la ofensiva se mostró impecable ante los Steelers y apenas permitió que entrara el rival en el pocket,
sin dejar que Brady fuese alcanzado. Esta línea renovada se está
asentando poco a poco tras una temporada nefasta en 2015/2016, pero en
la presente campaña ha sido capaz de posicionar a los Patriots como el
quinto equipo que menos sacks ha permitido (24). Cuando a Brady se le da tiempo y comodidad para efectuar sus pases, que tiemblen las defensas rivales.
El trabajo en este tipo de jugadas lo
completa el amplio abanico de receptores que poseen los de New England.
Comenzamos por los WR favoritos de Brady a lo largo de esta temporada: Julian Edelman y Chris Hogan,
la pareja perfecta que ninguna franquicia a priori apostaría por ella,
pero que frente al equipo de Mike Tomlin se exhibieron de forma brutal.
Edelman en 8 pases fue capaz de recorrerse 118 yardas y anotar un touchdown, mientras que Chris Hogan asumió el papel de protagonista en la final de la AFC alcanzando las 180 yardas con dos anotaciones.
Esta pareja tiene la ventaja de verse bien completada por otros jugadores sin “nombre” como son Malcolm Mitchell, Danny Amendola o Malcolm Floyd.
Todos ellos son capaces de liarla en un encuentro y posicionarse como
el receptor favorito de Brady en una única noche y tomar las riendas del
ataque, y más si la secundaria rival deja mucho que desear, como puede
ocurrirle a los Atlanta Falcons.
En cuanto a los tight ends, los de New England no pasan por su mejor momento por la baja de otra de sus estrellas, Rob Gronkowski. Además, Martellus Bennett
no está teniendo sus mejores partidos por una lesión de rodilla que aún
arrastra y aporta mayormente en bloqueos para proteger al quarterback o el ataque terrestre. Pero no nos olvidemos de él, pues en regular season ha aportado 7 touchdowns
y 701 yardas, y si se encuentra bien consigo mismo, podría ser una
opción aérea más para el ataque demoledor del equipo de Belichik.
En este punto intermedio, antes de pasar a hablar del juego de carrera de los de Massachusetts, debemos mencionar a Dion Lewis y James White. Ambos son unos running backs
muy polivalentes que además de correr también saben muy bien recibir en
pantalla y pases cortos: Lewis fue el salvador del encuentro ante los
Texans con un touchdown de retorno, otro de carrera y otro de
pase, haciendo valer su tremenda versatilidad. En cuanto a James White,
el RB que ha vuelto esta temporada de su lesión ha contribuido más en
recepciones que en yardas terrestres en esta temporada (551 yardas
recibidas en 60 capturas, por las 166 yardas de carrera en 39 intentos) y
será un arma peligrosa más para Brady ante los Falcons.
Toca cerrar este resumen del ataque de
los Patriots con el juego de carrera, el cual podrá ser otra muy buena
forma de avanzar yardas, además contando con el fullback James Develin
que se ha mostrado muy participativo en los últimos encuentros. El
principal jugador de esta posición, que puede ser bien sustituido o
alternado por Lewis o White, es LeGarrette Blount, quien ha realizado una tremenda temporada con 18 TD y 1161 yardas. En estos Playoffs
no está siendo tan relevante para la ofensiva de los de New England,
pues sumó 41 yardas ante Houston y 47 frente a Pittsburgh, pero eso sí,
ha anotado un touchdown en cada partido. Esto demuestra que
Blount siempre cumple cuando se le necesita, con su fuerza e insistencia
es capaz de sobrevivir a los golpes y placajes del rival para llegar
cuanto más lejos posible, bien desahogando downs de pocas yardas o bien adentrando en la endzone cuando las cadenas se sitúan prácticamente al lado de la línea de gol.
En resumen, New England Patriots puede
presumir de no tener apenas carencias en su equipo ofensivo, y esto será
vital para afrontar la Super Bowl LI ante la franquicia más anotadora
del año, los Atlanta Falcons.
(Imagen destacada: CBS Boston)
Víctor Calle
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