Hace tres años los Golden State Warriors volvían a lo más alto de la NBA desde 1975, el año pasado obraron la mejor regular season de la historia con un balance increíble de 73-9, y esta temporada han realizado los mejores Playoffs de toda la historia, casi perfectos, 16-1 (el mejor desde el 15-1 de Los Angeles Lakers en 2001, cuando aún se disputaba la primera ronda al mejor de 5 partidos). Sentiros privilegiados porque, sin duda, estamos viendo a una franquicia que quedará para la historia.
Los Warriors se han proclamado campeones de la NBA 2017 al tomarse la revancha de las Finales del año pasado frente a los Cleveland Cavaliers, a los que han ganado con cierta facilidad por 4-1, 129-120 en el último encuentro de la temporada.
La clave para este anillo y el MVP de la final: Kevin Durant. Aterrizó este año en el conjunto de Steve Kerr que ha sabido perfectamente gestionar las numerosas estrellas de este equipo, cada uno con su rol y sin afán de tener un protagonismo constante, si no tratar de jugar en colectivo. El alero ha promediado 35'2 puntos, 8 rebotes, 5'4 asistencias, 1'6 tapones, 3'6 triples y un 55% en tiros de campo, sobrepasando en los cinco partidos los 30 puntos, convirtiéndose en el tercer jugador tras Michael Jordan y Wilt Chamberlain que gana un anillo y lidera al menos en cuatro ocasiones en puntos en la NBA. Además, es el tercer jugador de siempre en la NBA que consigue un MVP en su primer año con el equipo, junto a Magic Johnson (1980) y Moses Malone (1983). Al fin tiene ese deseado anillo que no pudo obtener junto a los Oklahoma City Thunder.
En cuanto al último partido, se mantuvo equilibrado hasta el descanso pese a un parcial demoledor de los de Oakland de 27-4, con mayor agresividad y nivel defensivo, algo que fue todo lo contrario en el cuarto enfrentamiento donde cayeron. Pero los Cavaliers no se iban a desinflar tan pronto y se aferraron al marcador con, como siempre, un LeBron James combativo desde el primer segundo (41+13+8), y marchar al vestuario con 60-71 pese a la gran falta de ideas en el equipo de Tyronn Lue más allá de su estrella, salvados únicamente por los triples de J.R. Smith (25 puntos, con 7/8 en triples).

Así, LeBron James redujo pronto la ventaja a solo 3 puntos (98-95), aunque Kevin Durant siempre que se acercaban en el marcador reaccionaba con contundencia y, a partir de aquí, los Warriors controlaron la distancia en el ya poco tiempo restante.

Y esto fue lo que Cleveland echó más en falta. Al margen de un histórico LeBron James (7 finales seguidas, primer jugador que logra promediar triple-doble en las Finales: 33'6 puntos, 12 rebotes y 10 asistencias) bien secundado por Irving, los de Tyronn Lue no han podido dar más de sí: Kevin Love solo aportó 6 puntos y el banquillo entero se quedó en 7 por los 35 puntos que consiguieron los suplentes de los Warriors. Únicamente Kyle Korver, Deron Williams y Richard Jefferson entraron en pista pero poco pudieron hacer y volvieron a dejar a sus dos máximas estrellas, solas ante el peligro, ante uno de las mejores franquicias de la historia.
