Los Washington Football Team (6-7) son ahora líderes de la NFC Este en solitario. Sumaron un triunfo defensivo ante San Francisco 49ers por 23-15 y aprovecharon la caída clara de los New York Giants (5-8) ante Arizona Cardinals por 26-7. Para la franquicia de la capital estadounidense supuso su cuarta victoria seguida, una racha de la que no disfrutaban desde 2016.
Los ataques de ambos equipos no lucieron en todo el partido. Los dos tuvieron un nefasto 1/7 en terceros downs durante la primera parte. Y otra muestra de ello fue que en las cuatro primeras posesiones ninguno puso puntos en el marcador, incluyendo un field goal fallido de 53 yardas por parte de Dustin Hopkins. Y acto seguido, los 49ers lograron su primer touchdown. Especialmente con carreras de Jeff Wilson llegaron a la yarda uno, desde donde el running back empujó el balón a la endzone.
Los despejes de balón siguieron sucediéndose en el segundo cuarto, y solo un gol de campo de 51 yardas, certero esta vez sí por Hopkins, sumaba para el equipo de Washington (3-7). Después, llegaría la primera acción defensiva del conjunto de Ron Rivera. Chase Young provocó un fumble a Jeff Wilson sobre la yarda 30 de San Francisco, desde donde posteriormente se quedarían con un nuevo tiro de campo a pesar de entrar en la zona roja.
Sin embargo, el ataque dirigido por Alex Smith (57 yardas en 8/19 pases) sufriría un varapalo. Fue interceptado por Jason Verrett cuando Washington ya movía las cadenas en el campo de los 49ers. Pero de nada sirvió. Daron Payne llegó a Mullens y durante el sack soltó el balón que lo recogió Chase Young. El rookie además devolvió el ovoide hasta la endzone corriendo exultante durante 47 yardas, poniendo a Washington por primera vez por delante en el marcador (13-7).
Haskins reemplazó a Alex Smith en la segunda parte
En el tercer cuarto apareció Dwayne Haskins, ya que Alex Smith tuvo que dejar el encuentro por molestias en su pierna derecha, la que se rompió hace un par de años. Aunque el quarterback tampoco se lució en toda la segunda mitad (51 yardas de pase completando siete de sus doce lanzamientos). Al menos condujo su primera ofensiva por 72 yardas avanzadas, y Hopkins añadió otro tiro de campo al marcador para Washington.
Dos posesiones más tarde, llegaría el dictamen de San Francisco en este juego. Mullens se disponía con su ataque casi ya en la redzone, pero en un intento de buscar a Kyle Juszczyk, este aún no estaba mirando para recibir el balón, y el también novato Kamren Curl se anticipó. Interceptó, se escapó por el lateral de una banda y retornó el ovoide por 76 yardas para completar el pick six (23-7). Un pick six que hizo que Kyle Shanahan decidiera mandar a calentar a Beathard.
Sin embargo, Mullens respondió con un drive anotador ya en el último cuarto. Convirtió dos terceros downs con pases de más de 15 yardas cada uno, y se plantó en las diez yardas finales del campo donde dio su único lanzamiento de touchdown, hacia Juszczyk. También supo convertir el extra point de dos, por medio de Kendrick Bourne (23-15). Este drive haría a Shanahan cambiar de opinión y volver a sentar a Beathard en el banco.
A pesar de que los 49ers se situaban a una anotación de diferencia en el marcador, con opciones de empatar el encuentro, el cuarto periodo fue muy aburrido. Prácticamente cinco ataques consecutivos despejaron el balón a las primeras de cambio, con tres y fuera. En la última oportunidad real para San Francisco, Mullens conectó con un Brandon Aiyuk que empujó a su equipo durante todo el juego con sus buenas recepciones (diez para 119 yardas). Avanzó 7 yardas y se metieron en campo de Washington. Pero un holding les hizo retroceder diez yardas, y poco después tuvieron que jugarse un 4&12. Mullens completó con Bourne, pero este fue placado a dos yardas del primer down. Sin tiempos muertos y con menos de dos minutos por jugar, había terminado el duelo.
Así, Washington se apuntó su sexto triunfo de la temporada gracias a su defensa. Desde 1997 la franquicia no disfrutaba de dos touchdowns defensivos en un mismo partido.
