Los Buffalo Bills siguen al alza. Tras doblegar hace una semana a los Kansas City Chiefs (9-5), rival directo en la AFC, ahora sometieron a uno de los equipos tops de la NFC, los Dallas Cowboys (10-4). Con más de 200 yardas de un intratable James Cook, los Bills no dieron opción alguna a la franquicia texana y vencieron por un contundente 31-10.
Los de Sean McDermott sabían de la importancia de este partido para su equipo que marcha con un balance justito de ahora 8-6, y cumplieron con creces deteniendo a unos Cowboys que acumulaban cinco victorias seguidas. No obstante, este año la Conferencia Americana está ardiente y de momento siguen fuera de Playoffs. Y aunque los dos próximos juegos de los Bills son asequibles, frente a Patriots y Chargers, cierran la regular season con los Miami Dolphins (10-4). Y ahora mismo hay cuatro equipos más con mismo récord de 8-6: Jacksonville Jaguars, Cincinnati Bengals, Indianapolis Colts y Houston Texans. Se vienen emociones fuertes en esta conferencia en el mes de diciembre.
La defensa de Bills cortocircuita a Prescott
Con una defensa notable que secó a Dak Prescott a únicamente 134 yardas aéreas, y un James Cook imparable, Buffalo salió a por todas desde el minuto uno. El primer drive, con la buena dirección de un Josh Allen que no necesitó mucho de su brazo para cargarse a los Cowboys (7 pases completos para 94 yardas), terminó en touchdown de Latavius Murray. Un Roughing the Passer de Demarcus Lawrence dio duración extra al ataque en un tercer down abocado a terminar en el posterior field goal.
Las faltas de los Cowboys también iban a ser un factor muy en contra para ellos. Golpes tardíos e innecesarios llegaban en downs muy oportunos que hacían la vida más fácil a Buffalo. Y mientras las defensas dominaban los primeros compases del partido, James Cook empezaba a desatarse finalizando el primer cuarto. El running back culminaría con hasta 179 yardas de carrera en 25 acarreos, y dos recepciones para 42 yardas. Anotaría por las dos vías.
Josh Allen conectaría con un desmarcado James Cook para un espléndido touchdown de 18 yardas que hacía el 0-14. Tras ello, llegaba una de las únicas respuestas ofensivas de los Cowboys en todo el partido. Con Tony Pollard moviendo cadenas (52 yardas en once snaps de carrera) y CeeDee Lamb teniendo su única acción destacada, un catch para 16 yardas, el drive avanzaba al campo rival pero sin mayor horizonte. Brandon Aubrey terminaba con un field goal de 32 yardas.
Y es que la defensiva de los Bills no perdió las papeles en ningún momento. Dejaba sin ideas a Prescott y controlaron a la perfección a sus dos armas principales por aire, Lamb (solo 53 yardas en siete balones) y al tight end Jake Ferguson que estuvo irreconocible (44 yardas).
El diamante James Cook brilla más que nunca
Para colmo, los Bills se iban a poner con una ventaja de 3-21 al descanso. James Cook encendía la locomotora y Josh Allen acabó empujando el balón a una yarda de la goal line. En estos dos cuartos, Buffalo llevaba casi el triple de yardas de carrera que sus rivales (146 yardas por las 55 de Dallas). Y habían transformado 19 primeros downs, con solo seis de los Cowboys. Estaban siendo totalmente superiores.
Por todo ello, un partido del que quizás se esperaban grandes emociones por el buen estado de forma de ambos equipos, se moría antes de tiempo. Gastando más de ocho minutos los Bills sumaban un field goal por parte de Tyler Bass. Y aunque la defensa salvó un nuevo drive en su redzone, la ofensiva de los Cowboys no tenía nada que hacer. Abrieron la segunda parte pero Tyrel Dodson y Gregory Rousseau compartieron un sack que obligaba al despeje. Y después, Jordan Phillips en tercer down rompía nuevamente el pocket de Dallas para capturar a Prescott.
Entrando al último cuarto, llegaría la guinda al pastel para el partido del sophomore de 2ª Ronda James Cook. Se escapaba 24 yardas y conseguía su segundo touchdown en el encuentro, estableciendo un doloroso 3-31 para los texanos.
El juego estaba visto para sentencia. Además, Prescott sufría su séptima intercepción de la temporada por culpa de Christian Benford. Estaba constantemente jugándose muchos pases comprometidos ante la desesperación en el partido y al final le cayó el turnover. Con ya la victoria asegurada, los Cowboys cerraron el duelo consiguiendo su primer y único touchdown, ya a menos de tres minutos del final. A base de repetidos lanzamientos cortos, Prescott condujo a los suyos hasta la zona roja donde Lamb tomaría un snap para abrirse y correr por tres yardas a la endzone.
