
Loeb no pudo defender su liderato al abrir pista en la etapa final. La estrategia de Ogier, que le regaló el penúltimo día los 15 segundos de ventaja para dejarle el "honor" de ser el primero que pasase por los tramos de la jornada final, dio sus frutos. Al tramo final llegó con 10 de ventaja sobre Loeb y 13 sobre Mikko Hirvonen, que recuperó algo durante el día, pero no suficiente. A Ogier le valía con terminar, pero no se conformó y apretó para ganar el Power Stage y sus 3 puntos extra. El cabreo interno de Loeb debía ser mayúsculo, ya que no sólo perdía el rally frente a su principal rival, sino que en ese tramo eran las milésimas las que les desempataban en su contra. FUENTE