
Una vez que los jugadores decidieron que la propuesta de la NBA era inaceptable, se abre la vía de la disolución del sindicato de jugadores, que han optado voluntariamente por renunciar a esa representación para acortar así los plazos de sus próximos movimientos.
Estos pasan por avanzar por la vía judicial. Al dejar de estar conformados como grupo negociador, pueden denunciar a la NBA por prácticas de monopolio si la patronal sigue actuando como bloque. Para ello los jugadores cuentan con un experto en cuestiones legales anti-trust como David Bois, que ya ayudó a los jugadores de la NFL en el reciente lockout de esta competición, resuelto de una forma similar pero en plazos que permitieron salvar la temporada completa. Algo que ahora reprochan los agentes y jugadores que sugirieron esta vía desde el final del verano y que consideran ahora que se ha perdido un tiempo precioso en unas negociaciones abocadas al fracaso. De nada ha servido la presión del comisionado David Stern, que ha amenazado a los jugadores con una postura aún más dura por parte de la patronal si rechazaban la oferta que hoy lunes ha pasado a mejor vida. Los jugadores, pese al miedo a una temporada sin baloncesto y sin cheques que cobran, se han mantenido firmes en su postura. FUENTE