
De hecho, necesita ganar en las dos jornadas que restan si quiere tener opciones. Pero en la final no se notó la diferencia en la clasificación ni en el presupuesto. El Wigan llevó la iniciativa en todo momento y gozó de más posesión de balón, contando con más llegadas al área contraria gracias a la velocidad y habilidad de Arouna Koné y McManaman, que tuvo las dos mejores ocasiones de los suyos en la primera parte.

En la reanudación dio un paso adelante el City, pero fue insuficiente para llevar más peligro. Lo intentó Roberto Mancini quitando a Tévez para dar entrada al mediocentro Rodwell, pero a seis minutos fue expulsado por doble amarilla Zabaleta. El Wigan fue a por todas y en el descuento encontró el premio gracias al cabezazo inapelable de Ben Watson a la salida de un córner. FUENTE