
En el primer set se vio un comienzo arrasador de Nadal. El primer punto, sacando Wawrinka, el español en el deuce, tras seis bolas de rotura, se llevó su saque. Estaba como una moto, le salía todos los golpes, y en su saque no fallaba. El revés de Stanislas fallaba mucho, ese golpe que tantos puntos le ha dado en Madrid.

Ya en el segundo set se vio aparecer algo a Wawrinka. Éste estaba obligado a jugar en el fondo de la pista, Nadal con sus golpes impecables, muchos rozando las líneas, le forzaba a no avanzar en la tierra de Madrid. Rafa pudo romper en el quinto juego, pero Wawrinka estaba más concentrado en los puntos y lo evitó. Sin embargo, en su siguiente saque no pudo evitar que Rafa consiguiera el break en el 4-3, un break que se guardó en el bolsillo para que ganase el partido con solvencia y la segunda manga hasta el 6-4 fuese un mero trámite.
Wawrinka no tuvo su mejor día sin duda, pero cabe hay el gran torneo que ha hecho en toda la semana. El juego agresivo del español en la final impidió que Stanislas rematase el Masters 1000 con el trofeo. MÁS INFORMACIÓN