Ander sabía que el fin de semana iba a ser duro y no se equivocó. Lo que podía tener controlado lo bordó, y frente a lo que presumía que se le podía venir encima, se creció, aguantando a dos pilotos franceses que le pusieron a prueba, uno de ellos el que ganó la carrera, Fréderic Gabillon, que contó con alguna ayuda extra.
Tensión y caos en la pista
Calentarse el cerebro a los mandos de su 2 TFT Banco Santander no le hubiera servido más que para tirar por la borda un año único: de doce carreras ha ganado siete, ha sido tercero en una y cuarto en otras dos. La última prueba la ganó Gabillon, con un Ander Vilariño controlando en todo momento los movimientos del francés, que tampoco podía mirar hacia atrás. Sólo le valía ganar y que Ander rompiese de forma brusca una temporada mágica.
Porque eso es lo que dicen sus números: siete victorias, ocho poles, ocho vueltas rápidas, diez puestos entre los cinco primeros y doce entre los diez. Todo ello en doce carreras. Su regularidad ha quedado patente con los dos cuartos puestos conseguidos el sábado y ayer domingo, que le ponían una alfombra de oro hacia el título.
Ander se crece ante la adversidad y eso es lo que tuvo que hacer nada más ponerse en marcha la prueba. Gabillon le tocó en la primera curva, lo que obligó al guipuzcoano a meterse en una zona complicada del circuito. Borja García se saltó la chicane y se puso por delante de Ander conduciendo por fuera de la pista.
Ese inicio colocó la carrera con una tensión muy fuerte, se produjo un accidente y obligó a salir al 'safety car'. Ander preguntó a su equipo si Borja García debía devolverle la posición que tenía y los organizadores le contestaron que se lo comunicarían al final de la prueba, o lo que es lo mismo, le dejaron tirado en un momento crítico, en tercera posición, antes de hacer una resalida. No era lo mismo salir en la primera fila, en la segunda posición, que en la tercera, con la situación que estaba viviendo. Ander se sobrepuso a todo y ganó con autoridad frente a un francés en Le Mans. FUENTE
