
El comienzo con mucho ritmo del encuentro hizo ver a la mejor Argentina, y, a los 7 minutos, un pase rechazado de Di María calló en las botas de Higuaín que marcó en la frontal del área. Desde ese momento, los belgas se sobrepusieron y metieron miedo a Romero. Como consecuencia, Bélgica habría espacios atrás que aprovecharon los argentinos para realizar contraataques peligrosos y mantenerse vivos en el partido. La sustitución de Di María que se lesionó y se perderá el resto del Mundial por Enzo Pérez, redujo el nivel de los "diablos rojos" y empujó a Argentina a intentar el segundo gol pero que no llegó.

Después de la reanudación el partido siguió igual. Bélgica no tenía la misma fuerza que había mostrado en partidos anteriores y Argentina mandaba en el marcador, lo que hacía que jugasen tranquilos y bien. Higuaín era el hombre destacado y tuvo varias ocasiones de gol, pero que acababan o en los palos de la portería o en el propio Courtois.
