La franquicia de los Houston Texans ha decidido garantizarse el futuro en los despachos y en el banquillo para muchos años. El entrenador Bill O’Brien permanecerá como head coach hasta 2022 al verse extendido su contrato por cuatro años más, mientras que como nuevo gerente general actuará Brian Gaine durante las cinco próximas temporadas.
De esta manera, los texanos muestran su confianza en su entrenador de los últimos cuatro años, que les ha llevado a dos apariciones consecutivas en Playoffs y una victoria en la ronda de Wild Card del 2017 frente a los Oakland Raiders. Su camino en postemporada finalizó cuando se toparon con los New England Patriots.
Bill O’Brien posee una marca de 31-33 al mando de los Texans y, aunque han sido campeones de la AFC Sur en 2015 y 2016, ambas con balance de 9-7, sus campañas son demasiado irregulares, tal y como ha ejemplificado la posición del quarterback en el equipo: ha dirigido a nueve QBs diferentes desde 2014.
Sin embargo, esta temporada parecen haber encontrado su jugador del futuro, DeShaun Watson, un QB rookie que ha fascinado a todo Houston batiendo numerosos récords como novato y para la franquicia. Debutó en la semana 1 sentando a Tom Savage y desde entonces fue titular hasta la Week
6, cuando su rodilla volvió a darle problemas y le obligó a abandonar
la temporada. Con él desde inicio, los Texans han tenido un balance de
3-3, y ha repartido en siete partidos 1699 yardas con 19 touchdowns por 8 intercepciones, añadiendo 269 yardas de carreera.
Su lesión, añadida a la de J.J. Watt
quien no pisó más el césped a partir de la semana 5, ha hecho que el
conjunto de O’Brien acabe su primera temporada en negativo (4-12) tras
tres campañas finalizando con 9-7. Pero las esperanzas de futuro con
Watson reactivando el ataque de los Texans junto a uno de los mejores
receptores de la liga, DeAndre Hopkins, y una defensa
que ha llevado al equipo en volandas a sus últimas alegrías, dirigida
por el dos veces mejor defensivo del año J.J. Watt, hacen ilusionar y
soñar con muchas victorias en los siguientes años, y más ahora contando
con las garantías de un mismo head coach hasta 2022.
El propietario Bob McNair
se llenó de elogios hacia O’Brien: "Bill O'Brien ha sido un gran líder
para nosotros en estos últimos cuatro años y creemos en su visión para
mover al equipo hacia adelante. Bill es un gran maestro que los
jugadores respetan. Tenemos una gran confianza en que podrá construir
una cultura de campeonato y estamos emocionados de tenerlo como nuestro
head coach para el futuro", afirmó.
Por su parte, Houston también ha asegurado el cargo de general manager que Rick Smith se ha visto obligado a dejar por problemas personales (su mujer ha sido diagnosticada con cáncer de mama).
McNair ha hecho regresar a Brian Gaine,
quien ha pasado un año como vicepresidente de personal en Buffalo Bills.
Anteriormente fue el director personal de los Texans en los años en que
el equipo ha entrado en Playoffs, 2015 y 2016.
El propietario también ha tenido un
discurso muy grato para el nuevo gerente general: “Nuestro comité fue
unánime en alabanzas para Brian Gaine y todos estamos de acuerdo en cómo
seguir construyendo nuestro roster y buscar ganar un campeonato. Brian es un individuo increíblemente inteligente y trabajador que comprende de la importancia de una buena comunicación. No podríamos estar más entusiasmados con el nombramiento de nuestro nuevo gerente general”, ha comentado.
Esperanzas y estabilidad es lo que ha conseguido la franquicia de los Houston Texans con estos dos contratos, del head coach Bill O’Brien y del nuevo general manager
Brian Gaine. Ahora deben trabajar para construir una plantilla ganadora
alrededor de dos líderes en ataque y defensa, de una mezcla de juventud
y experiencia que mostrarán Watson y Watt en la franquicia texana.