Katie Taylor ya se puede codear con los grandes nombres del boxeo irlandés. Solo dos púgiles de su país habían logrado ser campeones mundiales en dos categorías diferentes (Steve Collins y Carl Frampton). Ella se sumó a la lista al derrotar por decisión unánime (96-94, 97-93, 97-93) a Christina Linardatou por el Mundial WBO del peso superligero. También es monarca unificada (WBC, WBA, IBF y WBO) del ligero y ahora debe elegir el camino que quiere tomar.
La última pelea de Taylor fue en la que más sufrió. La irlandesa aprendió que no puede conceder tanto a sus rivales y que debe ser fiel a su estilo. Tras tomarse un asalto y medio para encontrarle el tiempo a su oponente, la aspirante comenzó a lucir. Esquivó de manera brillante, contragolpeó y salía de la distancia. Dos golpes y dejaba fuera de cualquier contragolpe a su oponente. Taylor demostró la calidad que atesora, pero el fuelle le empezó a fallar desde el séptimo asalto.
Los rounds finales fueron mas cerrados. Taylor notó el cansancio y comenzó a golpear menos. Esquivaba, pero le faltaba algo de ritmo. El ímpetu fue cosa de la campeona, que no se cansó hasta el final. Katie Taylor supo controlar y acabó alzando el WBO del superligero. FUENTE