La temporada más atípica de la NFL por culpa de la pandemia nos tenía que producir un partido como el que tuvieron los New Orleans Saints y Denver Broncos. Las bajas y lesiones han golpeado siempre la liga, pero si este año le tienes que sumar contagios por un virus expandido por todo el mundo, nada puede salir bien. Así, los Saints vencieron a unos Broncos por 31-3 sin quarterback. Tuvieron que dejar en la Injury Reserve por Covid-19 a Drew Lock, Brett Rypien, Jeff Driskel y Blake Bortles.
El hype a priori de este extraño encuentro llegó cuando no les quedó otra a la franquicia de Colorado que anunciar a Kendall Hinton como quarterback titular. Un receptor rookie que no fue drafteado y que confirmaron que no había practicado ni un snap en los entrenamientos. Sin embargo, al menos jugó de QB en la universidad de Wake Forest. Ya es algo ante lo que había...
Pero nada más lejos de la realidad. El partido no tuvo emoción alguna y Denver con Hinton se convirtió en el primer equipo en lanzar más intercepciones que pases completados desde 1998. Probó suerte en nueve ocasiones pero solo completó un envío, de 13 yardas para Noah Fant.
Y en el segundo y en el tercer cuarto jugó con fuego y se quemó, siendo interceptado por Janoris Jenkins y Chauncey Gardner-Johnson. Además, también recibieron snaps durante el duelo los running backs Royce Freeman y Phillip Lindsay, quien encima tuvo que abandonar el partido por lesión de rodilla.
Es más, Lindsay en uno de esos snaps que recibió, al center novato Lloyd Cushenberry se le cayó el balón y el fumble fue recuperado por Kwon Alexander, en la yarda 13 de Denver. Eso claramente puso en bandeja la segunda anotación del QB del otro lado del campo, Taysom Hill. Tras la primera intercepción a Hinton (0/7 pases al descanso), Will Lutz puso tres puntos más para que los Saints ganaran 17-0 al descanso.
Dos TDs de Hill y otros dos de Latavius Murray
Lo único reseñable del ataque de los Broncos fue que Royce Freeman apareció para correr 50 yardas en ocho jugadas, mientras que Melvin Gordon solo pudo avanzar 31 yardas en 12 acarreos. Hinton corrió dos veces y ganó únicamente 7 yardas. Pero si nos vamos al ataque de los Saints, también pudimos ver otro desastre, aunque más pequeño.
Hill apenas pudo comandar una vez a su ataque en una primera parte en la que vimos hasta nueve despejes. Y fue su primer touchdown tras un drive de 13 jugadas para 69 yardas. De vez en cuando soltaba su brazo (9/16 pases completos para 78 yardas). Pero principalmente fue su juego terrestre y el de sus compañeros el que evitó cualquier susto de la franquicia de New Orleans ante estos inoperantes Broncos con Hinton.
El propio Hill corrió para 44 yardas en 10 ocasiones y con dos touchdowns. Pero Latavius Murray en la segunda mitad estuvo imparable. Logró 124 yardas y otras dos anotaciones para abultar el marcador, una de ellas de 36 yardas hasta la endzone. Alvin Kamara también participó en once acarreos, y obtuvo 54 yardas terrestres. Para que este encuentro ganase más locura aún, tanto el QB como Murray perdieron la bola en una ocasión cada uno, aunque el rival no pudo recuperarla.
Justo antes de las anotaciones de dicho Latavius Murray, una en cada cuarto de la segunda parte, Essang Bassey interceptó a Taysom Hill. Eso hizo que los Broncos se pusieran por primera vez en campo de New Orleans. Evidentemente no avanzaron las diez yardas para lograr el primer down, algo que solo consiguieron una vez de diez situaciones en terceros downs. Y Brandon McManus se tuvo que currar una patada de 58 yardas para que Denver no se fuera de vacío (17-3).
Por si parecía que no habíamos visto poco en este enfrentamiento, el quarterback Jameis Winston jugó los últimos minutos por parte de los Saints. El equipo de Sean Payton no derrotaba a los Broncos desde 1994. Sin duda, el partido más extraño de la temporada y que esperamos no volver a "disfrutar".
