
Tras los primeros asaltos la victoria parecía claramente decantada hacia el japonés, quien incluso propinó un cabezazo a su oponente en el quinto asalto. El golpe le provocó a Rico una herida en el ojo derecho que no dejaba de sangrar.
Pero a los 2:26 del séptimo asalto, y cuando estaba contra las cuerdas, el boxeador estadounidense, apodado el Suavecito, despertó y sacó su orgullo para conectar un potente y preciso gancho de izquierda al mentón de Shimoda que le mandó a la lona. FUENTE