Por segundo año consecutivo, los Walldorf Wanderers se quedaron a la orilla de la gloria en el torneo internacional Pink Bowl. Además, tuvieron mismo verdugo, los holandeses Dutch Lions, quienes no tuvieron piedad en la gran final (51-19).
Los locales pusieron la guinda a un torneo impecable, donde encadenaron nueve victorias en todos sus partidos con un total de 560 puntos anotados, y tan solo permitiendo 50 a sus rivales.
Sin embargo, los alemanes se quedaron nuevamente con la miel en los labios, a pesar de sobrevivir en semifinales en un duelo vibrante ante los norteamericanoes de Mayhem. En ese encuentro, los Wanderers le dieron la vuelta al marcador en el último minuto, cuando Benjamin Klever lanzó un pase de touchdown a pocos segundos del final hacia Jonathan Vorrath para empatar el partido. El extra point de Matthias Bieniek dio la victoria por 13-12.