La división AFC Este de la NFL sigue muy igualada y los Buffalo Bills (5-2), una semana más demostrando que tienen equipo para Playoffs, no dejan a los New England Patriots escaparse en la clasificación (6-2) como nos tienen acostumbrados en los últimos años. Por su parte, los Miami Dolphins realizaron un Thursday Night Football desastroso ante los Ravens (4-3) pero permanecen en la tercera plaza ya que los New York Jets sumaron su quinta derrota (3-5).
MIAMI DOLPHINS 0-40 BALTIMORE RAVENS (0-7, 0-13, 0-0, 0-20)

Bochornoso partido de los Dolphins en Baltimore en el que la franquicia de los Ravens consiguió la blanqueada más alta de su historia. Además, Kiko Alonso protagonizó la acción más fea de la jornada, golpeando a Joe Flacco
innecesariamente en una carrera y provocándole una conmoción cerebral,
lo que se traducirá en una fuerte sanción económica para el jugador y
para el equipo.

Flacco (101 yardas en 10/15), antes de tener que retirarse en el segundo cuarto, encontró a Jeremy Maclin que recorrió 34 yardas. Posteriormente, Tucker amplió la ventaja y Ryan Mallett salió para terminar de barrer a Miami, con pase de TD de 2 yardas a Benjamin Watson
antes del descanso (20-0) tras penalizar a Alonso por el golpe
incomprensible sobre Flacco ya en el suelo. Sin embargo, el QB suplente
se encomendó en la carrera y también les funcionó, con las 113 yardas
que se recorrió un lanzado Alex Collins.

El equipo de Florida se mostró inoperante en ataque, con Kenny Stills
máximo referente en el juego por aire (65), donde Moore fue alcanzado
en tres ocasiones y además se topó dos veces con las manos de los
defensas rivales, incluso terminadas en la endzone que infló el marcador en la segunda mitad: 63 yardas se recorrió el linebacker C.J. Mosley, el receptor Chris Moore recuperó un fumble en la endzone por un mal handoff de Mallett a Collins, y, para culminar, el cornerback Jimmy Smith interceptó y corrió 50 yardas hasta la zona de anotación. Los Dolphins vieron así detenida la racha de tres victorias seguidas.
LOS ÁNGELES CHARGERS 13-21 NEW ENGLAND PATRIOTS (7-0, 0-15, 0-3, 6-3)

Fue el sosiego del equipo ofensivo de New England quien tuvo la posesión a lo largo de 37 minutos de los 60 posibles. El juego de carrera va asentando la cabeza con Dion Lewis (44 yardas) y Gillislee (34), un polivalente juego aéreo con múltiples receptores destacables (James White lideró con 85 yardas, seguido de un llamativo Rex Burkhead con 68 y de Chris Hogan con 60 en cinco receptiones) y con Rob Gronkowski como único anotador del encuentro y el desatascador de Brady en las jugadas más determinantes, acabando en 57 yardas.

Sin embargo, la defensiva de los
Patriots sigue en su dinámica pobre de presionar al rival, ya sea en la
línea defensiva o en la secundaria. Permitió a Melvin Gordon
(132 yardas en 14 carreras) recorrerse 87 yardas de forma burlesca para
inaugurar el marcador, aunque fue empatado por Gronkowski al recibir
dos yardas en el segundo cuarto.
Y con el 7-7 ocurrió la jugada más extraña del partido, cuando a Travis Benjamin en un despeje se le cayó el balón y en lugar de correr hacia delante fue en una órbita para atrás que acabó siendo placado por Brandon King para dar lugar a un safety que además devolvía la posesión. Stephen Gostkowski se encargó de dar un colchón de puntos a su equipo hasta el último cuarto con tres field goals, aunque falló otros dos.

De esta manera los de Belichik
controlaron el tiempo en todo momento con pases cortos y la distancia
de 18-7 en el marcador, y se llegó a los últimos minutos. Philip Rivers (212 yardas en 17/30 pases) dirigió un rapidísimo drive desde la yarda 33 de poco más de un minuto, acabando con un perfecto deep pass hacia Travis Benjamin de 24 yardas, pero sin conversión de dos puntos (13-18).
Así, los Patriots agotaron el reloj lo máximo posible hasta que tuvieron que devolver el balón a los Chargers, no sin antes abriendo de nuevo brecha con un tiro de campo más que obligaba a los angelinos a buscar el touchdown
para tratar de forzar el tiempo extra en un minuto de juego. Rivers
llegó a la yarda 23 de los Patriots, pero no consiguió perforar la endzone, siendo interceptado en su última oportunidad por Jonathan Jones para cerrar el partido.
ATLANTA FALCONS 25-20 NEW YORK JETS (7-7, 6-10, 3-0, 9-3)
Los Falcons rompieron su mala racha de derrotas y remontaron a unos Jets
muy serios pero que sufren su tercera pérdida ajustada consecutiva,
tras ceder ante Patriots (17-24) y Dolphins (28-31) en las jornadas
anteriores. Se trató de un encuentro muy errático por culpa de la
intensa lluvia que cayó sobre el MetLife Stadium, y fue finalmente el mayor desglose ofensivo que poseen los de Atlanta los que se llevaron el gato al agua, nunca mejor dicho.

Entonces Matt Ryan se encargó de ocultar los lanzamientos fallidos (acabó con un 18 de 29 pases acertados) y los hasta seis fumbles que facilitó, cuatro de ellos al resbalarse el balón al snap del center Alex Mack. Repartió 254 yardas, especialmente entre Julio Jones y Mohammed Sanu, ambos con 74 yardas cada uno, y movió cadenas con facilidad que puso en bandeja dos tiros de campo de Matt Bryant más un touchdown espectacular para el propio Sanu de 8 yardas en el último cuarto.

Catanzaro finalizó un complicado drive que incluyó un sack con pérdida de balón de McCown, pero recuperado por Carpenter, apretando el marcador con 3 puntos más (22-20). Enseguida respondió la ofensiva de los Falcons que recuperó la posesión en un punt fortuito gracias a que Kerley perdió la bola al recibir el despeje, y Bryant puso la guinda al pastel a un corto drive desde la yarda 13.

OAKLAND RAIDERS 14-34 BUFFALO BILLS (7-0, 0-14, 0-6, 7-14)
Victoria con autoridad de los Bills ante los Oakland Raiders, un clarísimo rival de la Conferencia AFC en la lucha por los Playoffs a través de la Wild Card, un objetivo para los de Buffalo cada vez más real, algo que no consiguen desde 1999.

Con un despliegue fenomenal del juego de carrera liderado por LeSean McCoy (151 en 27 intentos), un Tyrod Taylor responsable y cuidadoso en sus pocos lanzamientos (20/27 para 165 yardas) hacia principalmente a Andre Holmes (51 yardas y un touchdown), y una defensa envidiable que interceptó dos veces a Derek Carr, dejaron en 26 la mayor cantidad de yardas por un running back de los Raiders (Washington), y defendió siete de diez tercer downs.


En los 15 minutos restantes, Taylor sumó
seis puntos con una carrera de 1 yarda y Carr (313 yardas repartidas en
31/49) maquilló sus números con un pase de touchdown para
DeAndre Washington. Finalmente McCoy se recorrió con facilidad gracias a
una línea ofensiva que lo permite, 48 yardas para cerrar un partido
holgado para los Bills que demuestran su estado de gracia en esta
temporada.
(Foto destacada: Buffalo News)Víctor Calle
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