Un año más, y en el tercer partido de las Finales, Kevin Durant ha sido el encargado de destruir las pocas esperanzas de los Cleveland Cavaliers en su Quicken Loans Arena. Las Finales del 2017 se pusieron en el primer encuentro disputado en Ohio 3-0 con una exhibición del que sería el futuro MVP de la serie, y las del 2018 se ponen de la misma forma: los Golden State Warriors solo deben ganar un partido más para colocarse su tercer anillo en los últimos cuatro años.
Los de Steve Kerr vencieron por 102-110 a unos Cavs que no pueden dar más de sí. LeBron James en su línea (33+10+11) sumó su décimo triple-doble en Finales y el 110º partido con más de 30 puntos en Playoffs, superando a Michel Jordan. Ayudó un Rodney Hood que regresó a la rotación con 15 puntos y 6 rebotes, mientras que Kevin Love, como siempre, estuvo aprovechable solo durante la primera parte donde realizó los mayores puntos de su actuación: 15+10 al descanso, y acabó con 20+13.
El primer partido fue un trabajazo en equipo y un tanto de suerte al final lo que decantó la balanza para los Warriors, el segundo lo protagonizó un Stephen Curry excepcional en tiros de tres, y esta vez ha sido Durant el que ha dado de qué hablar. Alcanzó su máximo anotador en postemporada con 43 puntos en 43 minutos, 13 rebotes y 7 asistencias, con 6/9 en triples.
Curry (11) y Klay Thompson (10) estuvieron desconectados por completo en el tiro esta tercera noche y entre los dos estaban con solo 14 puntos a mitad del último cuarto. Draymond Green se quedó en 10 tantos y 9 asistencias, mientras que la gran labor de McGee y del rookie Jordan Bell, cada uno sumando 10 puntos, volvió a ser imprescindible para la victoria.
Los Cavaliers salieron a por todas y fruto de ello fue un parcial inicial de 4-14 encabezados siempre por LeBron, hasta que Kerr detuvo el encuentro y despertó a "Durantula" cuando peor estaba su equipo. Aportó 13 puntos, reenganchó a su equipo acompañado de McGee e Iguodala que volvió de su lesión, y la diferencia tras los primeros doce minutos fue de un solo punto (29-28).
Los de Tyronn Lue siguieron buscando rentas que les encaminase su primer triunfo. Con 8 puntos casi consecutivos, y repartiendo asistencias a sus compañeros, LeBron llegó a estirar el marcador hasta un +13, aprovechando que Green y Curry tenían problemas de faltas y que Iguodala no se encontraba al cien por cien. Sin embargo, ahí estaba Durant tirando del carro y con un triple sobre la bocina acercó a los suyos hasta un 52-58 antes de que comenzara la segunda mitad, sumando ya 24 tantos él solo.
Y la historia se repitió por tercera vez. El tercer cuarto fue dominado por los Warriors donde realizaron un parcial de 6-17 nada más saltar a la cancha, para recuperar el mando en el marcador (64-69). Mayor intensidad defensiva, capturas de rebotes y ataques veloces, fueron los aspectos por lo que la franquicia de Oakland entró en el último cuarto por delante a pesar de llevar a cabo una muy floja primera mitad (81-83).
El partido se convirtió en este punto en un intercambio de canastas, hasta que Curry y Durant quisieron. El base anotó su primer triple de la noche (llevaba 0/9) sumando cinco puntos seguidos, pero LeBron respondió de inmediato también con tres puntos que ponía el 101-100. Tras una canasta de Iguodala, Durant repitió gesta, un triple a 50 segundos del final que congeló el Quicken Loans Arena un año más y que sentenció el partido con seis puntos de diferencia.
