Estados Unidos revalida el título de
campeón del Mundo a costa de una rocosa Japón. De esta forma las
americanas se aseguran plaza para los Juegos Olímpicos de 2020 donde 12
años después regresará el sóftbol. La otra selección asegurada es la
nipona, por ser el país anfitrión.
Estados Unidos y Japón, grandes favoritas y dominadoras absolutas de las últimos torneos mundialistas (en las últimas 6 ediciones Estados Unidos y Japón habían disputado las seis finales con balance 4-2 para las estadounidenses) se alzaron con la victoria en cada uno de sus grupos sin ceder un solo encuentro.
Con la victoria de Japón y Estados Unidos en ronda de cuartos frente a Puerto Rico (7-0) y Australia (3-1), y la derrota de Italia frente a México por la mínima (1-0) y la de Holanda ante Canadá (8-1), las semifinales deparaban una primera opción de final para los dos grandes en un duelo que se llevarían las estadounidenses por 4-3 en la octava entrada.
Estados Unidos y Japón, grandes favoritas y dominadoras absolutas de las últimos torneos mundialistas (en las últimas 6 ediciones Estados Unidos y Japón habían disputado las seis finales con balance 4-2 para las estadounidenses) se alzaron con la victoria en cada uno de sus grupos sin ceder un solo encuentro.
Con la victoria de Japón y Estados Unidos en ronda de cuartos frente a Puerto Rico (7-0) y Australia (3-1), y la derrota de Italia frente a México por la mínima (1-0) y la de Holanda ante Canadá (8-1), las semifinales deparaban una primera opción de final para los dos grandes en un duelo que se llevarían las estadounidenses por 4-3 en la octava entrada.
En
el otro lado del cuadro, era Canadá la que se deshacía de la siempre
difícil Australia por un contundente 12-0, presentándose en la lucha por
el bronce ante Japón y soñando con reeditar el duelo ante el país
vecino que ya esperaban en la final. Sin embargo, la novena nipona sonó
como nunca, venciendo 3-0 al equipo canadiense que se conformaba con un
bronce que ya había saboreado en la edición anterior.
El duelo final empezó bien para los intereses locales, dominando hasta por 0-2 en la tercera entrada, cuando un homerun de Spaulding, la 99 de Estados Unidos, vaciaba las bases americanas para hacer subir tres puntos en el marcador. El 2-3 se mantendría hasta la entrada seis cuando el 9 nipón lograba igualar la contienda y provocar una prórroga que se alargaría, merced al parcial de 1-1 de la octava entrada, hasta la décima.
Allí, dos tantos nipones no serían suficientes para soportar el vendaval americano que con tres puntos más se acabaría llevando la contienda y el oro mundial por un global de 6-7.