
Después de dos triunfos en sendas etapas intermedias y un torneo Superfinal con tres victorias por la mínima, el equipo dirigido por Joaquín Alonso luchó de poder a poder contra la anfitriona Italia, campeona a la postre en la tanda.
Desde los primeros compases las embestidas transalpinas ponían cerco a la portería defendida magistralmente por Francisco Jesús Donaire Dona, inconmensurable durante todo el encuentro. La tensión y el control hacía que la final llegase sin goles al término del primer periodo y en la reanudación Italia se iba a encontrar los tiros libres como gran aliado.

El tiempo extra no servía para desnivelar la finalísima que sólo la tanda de penaltis, después de 14 lanzamientos deja el trofeo en casa, mientras España se va con la satisfacción del subcampeonato. La tercera plaza también se definió en los penaltis, donde Portugal, tras empatar a 4 goles con la defensora del título Rusia, subió al último escalón del podio (3-2 en la tanda gracias al fallo de Paporotnyi). FUENTE