
El camino hacia un quinto puesto de Sébastien Ogier en Kennards Hire Rally Australia contrastaba con la angustia de Thierry Neuville y Ott Tänak, que se estrellaron mientras intentaban mantener vivas sus esperanzas.
La calma de Ogier salió a relucir después de que las fuertes lluvias transformaran los caminos de tierra del bosque en un lodazal. Estuvo impecable, mientras que tanto Neuville como el líder de la noche, Tänak, no se escaparon de los roces con los elementos del entorno durante las tres especiales de apertura de la mañana.

Ogier podía permitirse un tranquilo final ya de celebración en el Power Stage sabiendo que el campeonato ya estaba asegurado en su última aparición con el Ford Fiesta de M-Sport antes de cambiar a Citroën en 2019. FUENTE