No hay manera de que los astros sean propicios para Valtteri Bottas, un gregario tantas veces oscurecido por Lewis Hamilton, el mejor piloto del momento, bendecido también por la buena fortuna. El británico lideró el doblete de Mercedes en Imola, donde el equipo alemán abrochó, por séptimo año consecutivo, su título de constructores. La frustración de Bottas, tras pasar por encima de la pieza de un Ferrari y quedar penalizado por la estrategia de su propio equipo, fue lo más reseñable de un gran premio donde Daniel Ricciardo aprovechó un pinchazo de Max Verstappen para volver a subir al podio con Renault.
Carlos Sainz salvó su séptimo puesto, justo por delante de Lando Norris, merced a una apuradísima maniobra en la vuelta 57 ante Alexander Albon. El trompo agota la paciencia con el piloto tailandés y puede abrir la puerta de Red Bull a Sergio Pérez, otro de los grandes protagonistas. Dentro de dos semanas, un triunfo en Estambul bastará para la séptima corona de Hamilton, las mismas que Michael Schumacher.
Bottas, con 85 puntos menos en la taba, deberá de nuevo resignarse al segundo plano. Los focos siguen apuntando hacia Hamilton, sobrepasado por Verstappen en la salida. FUENTE
