
Aunque los nipones comenzaron bien plantados y con las líneas muy juntas, el gol llegó con el primer tiro a puerta del Madrid. Modric controló un rechace en el área grande y su disparo lo repelió Sogahata a los pies de un Benzema que solo tuvo que empujar a la red, en el minuto 9. El tanto no amilanó al Kashima, que alentado por su incansable hinchada, reforzó la presión. Eso permitió a los blancos tener más parcelas libres en las transiciones, con lo que los nipones vivieron situaciones de peligro, sobre todo cada vez que Modric o Cristiano eran partícipes.

El Madrid apretó entonces los dientes y encontró pronto recompensa cuando el colegiado vio un penalti de Shuto sobre Lucas Vázquez que transformó Cristiano con potencia, raso y a la derecha del meta japonés. Los blancos se estiraron más y dispusieron de más ocasiones, la más clara de Benzema, que controló con exquisitez en el área chica y forzó la mejor estirada de la noche de Sogahata tras volear desde muy cerca. El guardameta nipón volvería a salvar poco después los muebles cuando Cristiano lo intentó tras recibir un pase de Benzema.

En el tiempo extra Cristiano acabó con el sueño del Kashima tras cruzar ante el portero el enésimo envío en profundidad de Benzema. Ni aún así hincaron la rodilla los japoneses, que mandaron un cabezazo al larguero por mediación de Suzuki poco antes de que Ronaldo los devolviera de nuevo a la realidad anotando el cuarto tras fusilar desde cerca a Sogahata. El hat-trick del Balón de Oro 2016 echó por tierra el esfuerzo del Kashima y el sueño de su afición (que no calló ni un segundo) y acabó dándole al Madrid su segundo Mundialito. FUENTE