
Fue, precisamente en la mítica carrera francesa donde comenzó a labrar un liderato en el Mundial de Resistencia que ha consolidado tras la victoria en Sebring. La carrera sobre la vieja base aérea en la península de Florida, volvió a ser un mano a mano entre los dos Toyota TS050 Hybrid LMP1, el nº 8 de Alonso, Buemi y Nakajima, y el nº 7 pilotado por José María López, Mike Conway y Kamui Kobayashi. La carrera se decidió cuando López cometió un error crucial al tocarse con el Aston Martin de Jonathan Adam cuando rodaba a pocos segundos de Buemi, después de recortar los 25 segundos de ventaja que Alonso le había dejado al suizo en la cabeza de carrera. El coche nº 7 sufrió daños en el suelo que necesitaron una larga parada en boxes que le hizo perder dos vueltas.

El próximo mes de abril, probará, en el oval de Texas, la nueva montura con la que abordará en mayo su segundo intento en las 500 Millas de Indianápolis. Dos años atrás, una rotura de motor, le privó del triunfo. Si finalmente gana en las 500 Millas, cerrará su objetivo de lograr la Triple Corona tras las victorias en el GP de Mónaco de Fórmula 1, y las 24 Horas de Le Mans. FUENTE