La final de conjuntos de Gimnasia Rítmica de ayer, una de las
últimas de los Juegos de Río, nos dejó un podio soñado por el equipo español
durante años. Las mujeres entrenadas por Anna Baranova y Sara Bayón conquistaron
la plata en una final en la que no fallaron en ninguna de las dos rotaciones,
aunque tampoco lo hicieron el día anterior en la clasificación, siendo el único
conjunto que realizó una competición limpia de fallos.
Eran 14 los equipos que llegaban a estos Juegos Olímpicos. El
día de la clasificación solo pasaban la criba 8 de ellos. España, que se colocó
en segundo lugar tras un ejercicio de 5 cintas aplaudido enormemente por el
público en la primera rotación, consiguió pasar a la final con la mejor nota,
superando a las rusas en la segunda y última rotación con el ejercicio de 2
aros y 6 mazas.
Así pues, se clasificaron para la final España, Israel,
Rusia, Italia, Japón, Bielorrusia, Ucrania y Bulgaria. A priori, los conjuntos
rusos y bielorruso eran los favoritos para hacerse con el primer y segundo
puesto del podio respectivamente en la final. Sin embargo, las finales hay que
pelearlas y el “equipaso”, como ellas mismas se llaman, salió a matar y tras el
ejercicio de 5 cintas se colocó en primera posición con una puntuación de
17.800. El resto de países hizo una primera rotación con fallos, así que
Alejandra Quereda, Lourdes Mohedano, Elena López, Sandra Aguilar y Artemi
Gavezou estaban a tan solo un ejercicio de la gloria olímpica.
En la segunda rotación, las españolas consiguieron una
puntuación de 17.966 con los aros y las mazas. Rusia, que se jugaba revalidar
el título olímpico en este ejercicio, realizó una actuación impecable, que le
valió 18.633 puntos y un ascenso de la tercera a la primera posición. El equipo
ruso, algo inestable en las competiciones durante la temporada y con una única
gimnasta proveniente de los Juegos de Londres, consiguió imponerse y apuntar a
lo más alto, pero dejando ver que ya no eran las rusas imbatibles que arrasaban
en el pasado. Siendo el entonces el oro inalcanzable, las españolas solo podían
luchar por el segundo lugar, que pasaba por lo que hicieran el resto de
conjuntos.
El equipo ruso en el ejercicio de 5 cintas.
Aunque en la segunda rotación hubo más regularidad y un menor
número de fallos por parte de todos los equipos, las notas anteriores pasaron
factura a, por ejemplo, un conjunto bielorruso que sorprendentemente finalizó
en quinta posición, en contraste con la plata conseguida en Londres. Italia se
tuvo que conformar con un doloroso cuarto puesto, al igual que hicieron las
españolas en los anteriores Juegos, donde las italianas sí consiguieron el
bronce a pesar de tener una caída de aparato en el ejercicio mixto.
El bronce fue para Bulgaria, el otro conjunto que hizo una
competición de lo más regular, tras haber vivido un final de temporada bastante
convulso tras el grave accidente sufrido por una de sus componentes en el mes
de junio. Lo trabajaron y lo ganaron, como premio a una carrera a la que todas las integrantes del conjunto búlgaro van a poner fin tras los Juegos, según hemos podido saber
hoy.
Las búlgaras tras recibir su nota y saber que son bronce olímpico.
De esta forma, el podio en Río quedó configurado de manera
diferente al de Londres, aunque con Rusia en lo más alto, como era de esperar.
Las chicas de Irina Viner se hicieron con el oro con una puntuación de 36.233.
Las españolas consiguieron la plata con 35.766 puntos y las búlgaras el bronce,
con la misma puntuación final que las españolas. El desempate se produjo porque
nuestras chicas obtuvieron una puntuación mayor en la ejecución del ejercicio
anterior.
De esta manera, España volvía al podio de la gimnasia rítmica
por equipos, donde no estaba desde Atlanta 96, donde las “chicas de oro”
conquistaron el único oro olímpico de la historia de la gimnasia rítmica que no
ha sido para Rusia.
El "equipaso" emocionado al saber que son subcampeonas olímpicas.
COMPETICIÓN INDIVIDUAL:
Yana Kudryavtseva (plata), Margarita Mamun (oro) y Ganna Rizatdinova (bronce).
En cuanto a la final individual, el oro olímpico fue para la
rusa Margarita Mamun, que partía como segunda favorita por detrás de su
compatriota Yana Kudryavtseva. Las rusas, rivales en el tapiz y muy amigas
fuera de él, pelearon en una competición en la que Mamun estuvo mucho más
concentrada que Kudryavtseva, que tras un fallo en la tercera rotación con las
mazas dejó escapar el oro para conformarse con la plata.
Margarita Mamun en su ejercicio de aro.
Yana Kudryavtseva, desolada tras su fallo en la tercera rotación.
Es cierto que Kudryavtseva partía como favorita, como
campeona de los mundiales y europeos de este ciclo olímpico, con la presión que
eso conlleva, pero el esfuerzo y la constancia se ven premiadas y la medalla de
oro a Margarita Mamun es el ejemplo de ello. Es la recompensa a una temporada
en la que ha sido la gimnasta más regular de todas. Probablemente Mamun se retire de la gimnasia tras esta competición, pero Kudryavtseva aún es bastante joven y puede seguir luchando por la medalla de oro en Tokio.
Mamun y su entrenadora, Amina Zaripova, emocionadas tras la nota del ejercicio de cinta.
El bronce fue para la ucraniana Ganna Rizatdinova, una
medalla también muy peleada por esta gimnasta que, tras quedar última en la
final de Londres, ha sabido superarse a sí misma y demostrar su mejor versión.
Ganna Rizatdinova tras conocer su tercer puesto.
Nuestra Carolina Rodríguez, que participaba a sus 30 años en
sus terceros Juegos, consiguió el 8º lugar en la final y el diploma olímpico,
lo que supone el broche de oro a una carrera dedicada en cuerpo y alma a este
deporte. Con este diploma, la gimnasia le devuelve a Carolina una pequeña parte
de lo que ella le ha regalado durante su vida. Desde aquí la queremos felicitar
a ella y a su entrenadora de toda la vida, Ruth Fernández.
Carolina y Ruth emocionadas tras el ejercicio de cinta.
Kudryavtseva y Mamun, abrazadas tras la final.
¡ENHORABUENA A TODAS!