La delegación española alcanzó las 18 medallas en París 2024, en su línea de los últimos Juegos Olímpicos. Sin embargo, verdaderamente desaprovechó la oportunidad más clara que ha tenido España de superar la cantidad de 22 metales que tiene como máximo, que ocurrió precisamente en Barcelona 1992. Y es que llevábamos muchísimas opciones de medallas, y se ha fallado en ocasiones bien claras de subir al podio.
Técnicamente, es la quinta mejor actuación española en unos Juegos Olímpicos. Las 18 medallas supera la cantidad lograda en Río 2016 (7+4+6) y Tokyo 2020 (3+8+6), así como Atlanta 1996 (5+6+6). Barcelona 92 sigue siendo el mejor papel español (13+7+2), y los 20 metales alcanzamos en Atenas 2004 (3+11+6) y en Londres 2012 (4+10+6). En Pekín 2008 se llegó a 19 medallas (5+11+3).
Se rompen barreras en París en el boxeo y el judo
Igualmente, España en estos JJOO lo que sí ha podido hacer es romper techos de cristal, unas barreras que llevaban sin poder superar durante muchos años en ciertos deportes. El primer ejemplo llegaba pronto, en el judo. Tras 24 años sin medallas (Isabel Fernández en Sidney 2000) en uno de nuestros deportes que normalmente insignia, Francisco Garrigós confirmaba su gran ciclo con una medalla olímpica, un bronce (-60 kg).
Pudieron ser muchas más, pero se empezaba a sumar una gran cantidad de oportunidades para colgarse medallas de bronce. Laura Martínez (-48 kg) a la vez que Garrigós, se plantaba en semifinales, pero no podría ganar su combate por la presea ante la local Shirine Boukli. Ai Tsunoda (-70 kg) pudo ir a la repesca y se ganó el derecho a pelear por un bronce, pero caería frente a Michaela Polleres. Tristani Mosakhlishvili (-90 kg) también nos ilusionaba plantándose en semifinales, pero no sabría ganar más combates. Y de forma muy dolorosa, Nikoloz Sherazadishvili (-100 kg), al igual que le ocurrió en Tokyo, volvió a quedarse a la orilla de las medallas. Perdía en cuartos de forma muy ajustada ante Daniel Eich, pero sus ganas de subir al podio le impulsaron para ganar la repesca ante el nipón Aaron Wolf. No obstante, la lucha por el bronce terminaría cayendo por desgracia del lado del uzbeco Muzaffarbek Turoboyev.
Finalmente, buen balance del judo español con un bronce, cuatro diplomas y una primera representación en la prueba por equipos excepcional, donde vencieron al Equipo Olímpico de Refugiados y pusieron sobre las cuerdas, llevándoles al desempate, a la selección de Japón en octavos de final.
Otra barrera tumbada ha sido la del boxeo. Una barrera que también se ha interpuesto por 24 años, y en Tokyo fue muy injusto. Por eso, los boxeadores, además de haber hecho un maravilloso ciclo olímpico, llegaban enrabietados a París en busca de lograr al fin una medalla que no se conseguía desde Rafael Lozano en Sidney 2000. Hubo hasta cuatro opciones, cuatro españoles que lograban llegar a cuartos de final y a posicionarse a una sola victoria de garantizar medalla. El propio hijo de Rafa Lozano era uno de ellos, pero ni él ni José Quiles podrían pasar del diploma olímpico. Enmanuel Reyes Pla, "El Profeta", se vengaba de Tokyo y era el primero que aseguraba metal. Sería finalmente bronce para redimirse. También llegaba a semifinales un Ayoub Ghadfa que estaba inconmensurable, e incluso se plantó en la final por decisión unánime batiendo a un francés, a Djamili-Dini Aboudou Moindze. No obstante, sería plata, sucumbiendo ante el favorito Bakhodir Jalolov.
La marcha española, de lo mejor en estos JJOO
También la marcha atlética se desquitaba de no haber subido a ningún podio desde Paquillo Fernández (Atenas 2004). Y lo hizo con creces, quizás la actuación más convincente de unos españoles en París. Llegaban como campeones del mundo Álvaro Martín y María Pérez, máximos favoritos. Y en la mañana de las pruebas individuales refrendaron lo logrado en los últimos tres años: bronce para Álvaro y plata de María (primera plata para una atleta española). A su vez, se conquistaban dos medallas en atletismo en un mismo día, algo que no habíamos vivido nunca en la historia de los JJOO.
Además, tras esa gran mañana confirmaban que se presentarían como pareja para la carrera de maratón por relevos mixtos. Volvían a ser máximos favoritos, y esta vez a por todo, a por el oro. Y así fue. Sueño cumplido para ellos, día inolvidable para todos los españoles. Álvaro Martín y María Pérez acabaron la prueba siendo inalcanzables para sus rivales y también se proclamaban campeones olímpicos en la ciudad del amor.
Siguiendo con las medallas conseguidas, nos llegaba una de sorpresa por medio de Pau Echaniz en el K1 de piragüismo slalom, convirtiéndose en el primer piragüista masculino que logra presea en aguas bravas. Tras ver que Maialen Chourraut a sus 41 años cumplía alcanzando la final, y que Miquel Travé por un toque no hacía medalla, Pau bajaba sin presión el primero de su final y, si no fuera por un roce, se habría llevado hasta el oro. Fue el más rápido, y sus rivales iban cayendo y cayendo, y terminó en el podio estallando de alegría. Alegrías que no dejan de darnos la familia Echaniz Chourraut, pues Maialen es la pareja sentimental del padre de Pau, a su vez el entrenador de ambos. Además, Miren Lazkano también se colaba en la final. En el novedoso e impredecible kayak cross, Manuel Ochoa y Maialen nos ilusionaron hasta cuartos de final. Notable para el slalom español.
Focos para Nadal. Medallas para Alcaraz, Sara Sorribes y Cristina Bucsa
El tenis ha sido todo una institución en París 2024, con los escenarios de Roland Garros y los adiós definitivos en JJOO de leyendas como Andy Murray, Rafael Nadal, y probablemente del por fin nuevo campeón olímpico, Novak Djokovic. Al margen de esa áurea nostálgica, Rafa junto al chico de moda, Carlos Alcaraz, formaban un dobles que nos mantuvo toda la semana muy muy enganchados al tenis. Pero en cuartos, los Nadalcaraz se toparon con la realidad de un dobles real como el de los estadounidenses Austin Krajicek y Rajeev Ram.
Y es que Rafa y Carlos se cargaron en la primera ronda a uno de los favoritos, los argentinos González / Molteni. Más espectacular fue la victoria de Marcel Granollers y Pablo Carreño a los números uno, los italianos Simone Bolelli y Andrea Vavassori, con remontada épica incluida. Aunque en octavos no pudieron con los australianos Ebden / Peers.
Mientras nos decepcionaba un tanto el dobles mixto de Granollers y Sara Sorribes, sucumbiendo a las primeras de cambio, había un dobles femenino que, a la chita callando, se reivindicaba como pareja tras ganar en el Madrid Open 2024. Sara y Cristina Bucsa se plantaron en semifinales sin hacer ruido, y lograron una muy meritoria medalla de bronce final para además consolar a una Sara que fue eliminada rápidamente en el cuadro individual por la fuerte Barbora Krejčíková, a pesar de llevarse el primer set y llevar al límite a la checa. Acabó destrozada tras ese partido pero el karma acabó actuando en su favor.
En el cuadro masculino, Carlos Alcaraz era de los favoritos y no tuvo un pero. Nadal, tras meses y meses de lesión, poco a poco ha visto actividad en las últimas semanas, y debutaba en París derrotando a Márton Fucsovics. Sin embargo, en la siguiente ronda le esperaba un tal Djokovic. Un partido que probablemente sea el último duelo de la historia de estos dos titanes del tenis mundial, que nos han regalado mil batallas épicas, dos leyendas. Aunque la garra de Nadal por momentos nos hizo creer, finalmente se impuso la lógica y el serbio caminó hacia su ansiado primer oro olímpico, desplegando su mejor juego en la final ante un Alcaraz que ya con 21 años es plata olímpica. El futuro es suyo.
Fría actuación de la vela y el baloncesto cae con los mejores
Se resistía en París la medalla de oro española, hasta que llegó uno de esos deportes bandera en Juegos Olímpicos para nosotros, la vela. En el 49er, Diego Botín y Florián Trittel, tras un inicio de regatas descafeinado, remontaron y se metieron en la lucha por medallas, y en la Medal Race se crecieron para proclamarse campeones olímpicos.
No obstante, como en Tokyo, serían pocas las alegrías que nos daría la vela. Támara Echegoyen y Paula Barceló (49erFX) quedaban fuera por poco de la Medal Race. Y el colmo sería en el 470, recientes campeones del mundo con Jordi Xammar y Nora Brugman. Estaban para medallas pero, en la regata final, se hundieron y quedarían como resultado en el doloroso cuarto puesto.
El baloncesto español sabemos todos que está en plena regeneración. Para colmo, al equipo masculino le tocó el grupo de la muerte, con la Grecia de Antetokounmpo, Australia con Josh Giddey y medallistas de bronce en 2021, y la nueva poderosa Canadá de Shai Gilgeous-Alexander. Caíamos claramente con Australia, pero sobrevivíamos y nos mateníamos con vida venciendo a los griegos. Había un triple empate en el grupo, y contra Canadá era ganar o irse a casa. Ser primeros o ser últimos de grupo. Así estaba este cuadro. Y perdimos por bien poco, siendo la despedida definitiva de Rudy Fernández.
Bien luchado el grupo masculino, y también el femenino. Pasaron líderes de grupo con victorias que nos daban un infarto, contra China en la prórroga, Puerto Rico y Serbia. Contra los dos últimos se perdieron ventajas enormes en el marcador y acabamos sufriendo. Sin embargo, el nuevo formato de los torneos de basket que llevan a hacer sorteo para cuartos de final, la suerte deparó enfrentarnos ante Bélgica, vigentes campeonas de Europa. Y hasta ahí pudimos leer.
El basket 3x3 y Pau Echaniz, gratas sorpresas
Pero íbamos a tener igualmente una enorme alegría baloncestística. El equipo femenino español de basket 3x3, en un torneo muy disputado, tuvieron victorias notables y derrotas muy justas, terminando la clasificación previa con un empate entre hasta cuatro selecciones de 4-3. Y la suerte esta vez nos miró, terminando segundas y clasificando directas a semifinales. Allí tocaría la temible Estados Unidos, pero Vega Gimeno, Sandra Ygueravide, Juana Camilión y Gracia Alonso eran capaces de derrotarlas en la prórroga. Para la final, nos reencontrábamos con Alemania, y fue un encuentro enormemente disputado, que terminaríamos perdiendo por la mínima. No obstante, ya estaba asegurada la primera medalla española de la historia en basket 3x3, plata.
Los torneos de rugby 7 y fútbol abrieron prematuramente la competición en París. Muchas esperanzas en las dos selecciones españolas, sobre todo en la femenina, vigente campeona mundial y de la Nations League. La sub-23 masculina también era firme candidata a medallas. Y ambos grupos pasaron a cuartos, donde los chicos volvieron a sobreponerse a Japón y las chicas remontaron y vencieron en los penaltis a una combatiente Colombia.
En semifinales, el masculino daba la vuelta al marcador en la segunda parte para vencer 2-1 a Marruecos. El femenino se reencontraba con Brasil, a quienes ganaron en la fase de grupos, pero esta vez las brasileñas nos golearon (4-2). Así, las chicas, que recordemos que debutaban olímpicamente, tendrían que pelear por el bronce que terminaron perdiendo ante la fuerte Alemania por solo 1-0, de penalti. Tuvimos un penalti para forzar la prórroga, pero para más dolor, fallaba Alexia Putellas. Los chicos por su parte, tras un encuentro épico ante Francia que acabó 5-3 en prórroga, se bañaron de oro por fin. Desde hace 32 años, desde los Juegos de Barcelona, España no era campeona olímpica en su deporte rey.
Oro y chocolate en el fútbol, dos bronces en piragüismo
Tras una primera semana en París con más tristezas que alegrías, llegaba el piragüismo en aguas tranquilas en la segunda semana, ese deporte que siempre nos llena de metales. Y aunque se obtuvieron dos medallas, se tuvo una actuación ciertamente discreta. Joan Antoni Moreno y Diego Domínguez se hacían de bronce en el C2 500m. Una previa a una jornada donde teníamos la gran final del K4 masculino. Saúl Craviotto, Marcus Cooper, Rodrigo Germade y Carlos Árevalo lideraron toda la prueba, pero en los últimos cincuenta metros, Alemania y Australia tendrían mejor final y relegaron a los españoles al bronce. Igualmente, un bronce muy celebrado que convierte a Saúl en el deportista español más laureado de la historia con seis medallas, superando las cinco de David Cal.
Sin embargo, opciones como el K2 de Carlos Árevalo y Rodrigo Germade, no lograba clasificarse en su semifinal, cosa que sí haría Marcus Cooper y Adrián del Río para finalizar en una dolorosísima cuarta posición. Se tuvo que revisar en photo finish para determinar el podio. El K4 femenino también cumplía hasta la final, pero allí no podrían pasar del sexto puesto. Por su parte, Antía Jácome y María Corbera eran favoritas a los metales en C1 200m y C2 500m. En el C2 fue donde cayó el gran jarro de agua fría, viéndose las piragüistas sin fuerzas más allá del sexto lugar. Individualmente, María no podría acceder a la final pero Antía sí, aunque quedándose en otro puesto de chocolate.
Una de las actuaciones más tristes llegaba en el balonmano. La selección femenina, a pesar de tener un equipo muy renovado y sin grandes aspiraciones, ni siquiera lograba una sola victoria en París. Fue un quiero y no puedo ante rivales a priori asequibles como Brasil o Angola, y eso ya las dejaba virtualmente fuera de unos cuartos algo factibles en el grupo.
Los que sí que no fallan son los chicos. Ya sin Joan Cañellas y sin Raúl Entrerríos, el renovado equipo de Jordi Ribera volvió a competir como ninguna otra selección. Es increíble lo que logran. En la fase grupal, pasamos apuros con Eslovenia, Suecia nos superó y Alemania nos la jugó en los últimos minutos. Nos decidíamos el pase ante Croacia, y vencimos épicamente 32-31. En cuartos tampoco íbamos a tener calma, y tuvimos que sobreponernos a Egipto en la prórroga.
Una de cal y otra de arena en el balonmano y en el waterpolo
Ya en semifinales, los alemanes nos esperaban de nuevo, y estuvimos más cerca que nunca de poder disputar nuestra primera final olímpica. Pero fallar tantísimas ocasiones en los últimos minutos para ampliar ventaja nos acabó lapidando, frente a un Andreas Wolff que estuvo absurdamente enorme en su portería. No apto para cardíacos ver a esta España en París. Y así fue también en la lucha por el bronce contra Eslovenia, ganada por un apretadísimo 23-22 y reeditando el tercer puesto conseguido y celebrado también en Tokyo.
Donde sí nos mostrábamos como los rivales a batir era en waterpolo. Ambas selecciones, llenas de medallas en el reciente ciclo olímpico, marcharon a los cuartos de final imbatidos. El equipo masculino con notables triunfos ante la temible Hungría o una Serbia que fue de menos a más en el torneo. El femenino ganaba incluso a su bestia negra, Estados Unidos, al margen de notables victorias sobre Grecia e Italia. Éramos los favoritos a los oros.
Pero en un lado cumplimos el sueño, y en el otro volvimos a ceder. La selección masculina topaba con Croacia en cuartos, un partido en el que siempre fuero a remolque y terminaron cayendo por 10-8. El sueño de la medalla olímpica tendrá que esperar aún más, y ya van 28 años. Sin embargo, la selección femenina completaba el hito histórico.
Golearon a Canadá en cuartos, y se vengaron de Países Bajos de la derrota en penaltis del reciente Europeo 2024. España se imponía por un 19-18 final tras una nueva tanda de penaltis. En la final, esperaba una crecida Australia que se había cargado a Estados Unidos. Pero las españolas dominaron de principio a fin y vencieron por 11-9 para ser el segundo equipo femenino español campeón olímpico, tras la selección de hockey hierba de 1992. Quien la sigue la consigue, y tras las platas de 2012 y 2021, las chicas del waterpolo de Miki Oca ya saben también lo que es colgarse un oro olímpico.
Orazo de Jordan Díaz y la natación artística está de vuelta
Nos quedan por mencionar dos últimas medallas que ha conseguido España en la capital francesa. Una es el bronce que conseguía el equipo de natación artística, reivindicando también el buen ciclo olímpico realizado, devolviendo a España al podio de la sincro tras doce años de sequía. La otra es un orazo conseguido por Jordan Alejandro Díaz. Con un primer salto de 17.86 metros, resultaría insuperable para sus rivales, Pedro Pichardo y Andy Díaz, y conseguía ser el nuevo campeón olímpico de triple salto.
Ya hemos mencionado las 18 medallas, y ahora vamos a repasar la actuación del resto de españoles, siguiendo con el atletismo (masculino y femenino). Notas negativas para los del 1500, pues ni Adel Mechaal, ni Mario García ni Ignacio Fontes lograban pasar siquiera a semifinales. También para Fátima Diame, actual bronce del Mundial indoor, que ni pudo entrar en la final de salto de longitud, al igual que la joven Tessy Ebosele.
Por lo demás, cumplieron en marcas y en el nivel esperado, como Mohamed Attaoui haciéndonos soñar con medalla en el 800m (fue 5º), o Enrique Llopis siendo el único europeo en la final de 110m vallas y terminando... cuarto. Finalistas fueron Águeda Marqués (1500m), Irene Sánchez-Escribano (3000m obstáculos) y Yulenmis Aguilar (6ª en la jabalina), récord nacional para Márta Pérez, Asier Martínez estuvo muy cerca de la final de vallas y los relevos dieron el callo.
Sin medallas de Ana Peleteiro ni de Hugo González
Dejamos a parte a una gran candidata a medalla, incluso al oro olímpico, Ana Peleteiro. Su historia es de película: tras ser bronce en Tokyo, se apartó del atletismo, fue madre y, a pesar de todo, volvió más fuerte aún para París, siendo la vigente campeona de Europa y bronce en el Mundial indoor. Tenía una gran oportunidad para subir a lo más alto con Yulimar Rojas además sin estar en estos JJOO por lesión. Pero no hizo su mejor competición, la lluvia no acompañó y no pudo cumplir el sueño de volver a ser medallista olímpica, terminando sexta.
Cerrado el deporte rey de unos Juegos Olímpicos, saltamos al otro gran deporte, la natación (masculina y femenina). Llevábamos a Hugo González en su mejor momento, recién proclamado campeón del mundo y también colgándose una plata en Doha 2024. Empezó repitiendo plaza de finalista en los 100m espalda, y se preparaba especialmente para la final de 200m espalda clasificando tras unas apretadas semis donde quedaron fuera grandes nombres como los de Thomas Ceccon y Ryan Murphy. Y en la gran final nos hizo vibrar, manteniéndose entre las tres primeras posiciones toda la carrera, pero finalmente se desinflaría en los últimos 50 metros escapándosele las medallas y siendo sexto de nuevo.
Por otro lado, las aguas abiertas tendrá que esperar otro ciclo para ver si Ángela Martínez y María de Valdés (plata mundial en 2024 y europea en 2022), se acercan finalmente a esos cotizados podios. Siguiendo en el agua, el remo llegaba en un gran estado de forma, habiendo conseguido múltiples medallas europeas y mundiales en la olimpiada. Y conseguimos cuatro buenos diplomas olímpicos, pero la gran baza de Rodrigo Conde y Aleix García culminaba en quinto puesto del doble sculls. Mismo lugar que cosecharían Jaime Canalejo y Javier García.
Y en los saltos de trampolín, Adrián Abadía y Nico García, Valeria Antolino y Ana Carvajal, representaban a España con una delegación que nunca había sido tan grande antes para España. Y el sincronizado masculino de 3 metros y Valeria Antolino en el trampolín femenino, nos engancharon a los saltos llegando hasta la final y terminando top-8 olímpico. Toda una gesta ya.
Méritos destacados para el remo, los saltos, Albert Torres y el voley playa
Mencionemos rápidamente esos deportes donde apenas teníamos muchas opciones de medalla antes de llegar al final de este análisis de la representación española en París 2024. El ciclismo en ruta tuvo en el top-25 de la carrera a Alex Aranburu y Juan Ayuso, sin más. Sería en la carrera femenina donde nos llevaríamos una grata sorpresa con un espléndido sexto lugar de Mavi García.
En el ciclismo de montaña, David Valero nos obligaba a ver la prueba con alguna expectativa, pero sufriría una caída que le dejó totalmente fuera de la lucha. Igualmente, su espíritu competitivo le llevó a efectuar una increíble remontada final escalando posiciones sin parar para llegar a meta en una meritoria décima posición tras lo ocurrido.
También las caídas lastraron la que podría haber sido la primera ansiada medalla para los incondicionales Albert Torres y Sebastián Mora, en el ciclismo en pista. Torres ya nos mostraba un excelente estado de forma en París siendo cuarto en el Omnium. Y ambos competían en el Madison, y empezaron la carrera cogiendo muchos puntos ya desde el inicio. No obstante, en el momento culmen de la carrera, Torres se encontraba a un ciclista en el suelo y le hacía volar de la bicicleta teniendo que retirarse, demostrándose después que incluso sufrió una rotura de muñeca. Sebastián Mora tendría que terminar la prueba en solitario y al menos sumarían el diploma olímpico.
En esgrima veíamos la primera victoria de un español desde Atenas gracias a Carlos Llavador. El debut olímpico de Lucía Martín-Portugués no fue el deseado, enfrentando y cayendo ante la mítica Anna Márton. En los deportes ecuestres, lo más destacado fue que nos quedamos muy cerca de entrar en las finales por equipos de doma y saltos. El surf nos dejó el primer diploma de la historia, con una Nadia Erostarbe siendo capaz de clasificar hasta los cuartos de final.
En la mañana del triatlón celebramos un meritorio diploma de Alberto González, y por equipos seríamos 9º. Naia Laso, a pesar de tener problemas de espalda, consiguió meterse en la final de skateboard park. En gimnasia artística, Ray Zapata nos hacía soñar de nuevo metiéndose en la final de suelo y luchando por los metales el mismo día que Ana Peleteiro, tal y como sucedió en Tokyo. Pero esta vez, errores mínimos en su ejercicio le llevó a ser simplemente séptimo. Por la gimnasia de trampolín vivíamos el ilusionante debut de la pareja David Vega (14º) y Noemí Romero (9ª).
Por primera vez en la historia, una pareja española femenina de voley playa conseguía clasificar a los cuartos de final. Ellas fueron Daniela Álvarez y Tania Moreno, quienes fueron eliminadas precisamente por las a posteriori subcampeonas olímpicas, las canadienses Melissa y Brandie. Liliana Fernández, en quizás sus últimos JJOO tras cuatro apariencias olímpicas, caería con Paula Soria en octavos ante las medallistas de bronce, las suizas Hüberli / Bruner.
Y en chicos, los legendarios Pablo Herrera y Adrián Gavira, que competían en sus cuartos Juegos juntos, los sextos para un Pablo que ya dirá adiós, llegaron hasta cuartos de final. Se cargaron en octavos a los vigentes bronce mundial, los polacos Bryl / Losiak, para despedirse con su primer diploma olímpico juntos.
Ilusionados viendo el tiro con arco, la escalada, el dobles mixto de tenis de mesa y a Laura Heredia
El tiro con arco llegaba a París muy serio, pero individualmente no se logró ninguna victoria. En el mixto estaba nuestra gran baza, con Pablo Acha y Elia Canales haciendo lo suficiente para poder clasificarse a dicha prueba. Y derrotaron a China para apuntarse un histórico diploma. Una pena el ajustado duelo que tendrían contra India y que, de haber salido cara, les habría metido en la lucha por el podio.
De la escalada nos llevamos la sonrisa y emoción de Leslie Romero al conseguir entrar en cuartos y en diploma olímpico de la velocidad femenina, y las cómicas palabras de Alberto Ginés de no querer competir más en bloques en su vida. El campeón de Tokyo consiguió meterse en la final de combinada, pero en los bloques, la especialidad que peor se le da de esta singular prueba olímpica, apenas puntuaba. En la dificultad volvió a demostrar que es de los mejores del mundo, y si hubiese rascado algún punto antes, podría haberle caído algún metal.
Sobre el pentatlón moderno, teníamos más esperanzas que nunca con la vigente subcampeona de Europa, Laura Heredia. No marchaba mal antes de la carrera final, pero la mala suerte se cebó con ella. El caballo que le tocó en la prueba de saltos hizo un rehúse y le arruinó sus opciones a todo. En la Láser Run finalizó incluso con el tercer mejor tiempo, pero tenía mucha desventaja tras la hípica.
El hockey hierba volvió a hacernos vibrar y soñar
En el otro deporte de equipo clásico que no hemos hablado, España rindió por encima de sus posibilidades. El hockey hierba casi gana una medalla tras 16 años. Ambas selecciones dieron la sorpresa ganando por ejemplo a la Alemania masculina o la Gran Bretaña femenina. Pero tendrían tropiezos en forma de empates contra rivales más sencillos, lo que les habría llevado más arriba en la fase de grupos. No obstante, se metían los dos equipos en cuartos. Ahí, la selección femenina tendría su peor partido, sin ideas, ante Bélgica, y cayeron por 2-0.
La selección masculina también se vería contra los todopoderosos belgas. Pero obraron el "sorpasso". Se impusieron con un emocionante 3-2 y derrotaron a la defensora del título. En semis volvieron a la realidad siendo goleados por Países Bajos, pero podrían disputar el bronce ante India. No obstante, no supieron transformar penaltis corners y se vieron remontados. Tuvieron más ocasiones pero el 2-1 terminó dando un nuevo bronce a los indios.
Vamos cerrando con cinco deportes donde claramente aspirábamos a medalla. Y además en la competición se dieron los motivos para creer en ello, puesto que quedamos bien cerca. Y si veis, sumando estas cinco hipotéticas medallas y alguna que otra más a las que optábamos que ya hemos mencionado en este artículo, sumando habríamos llegado a los 22 metales o más. Es decir, haber superado la dichosa cuantía de Barcelona 92 que se resiste. Como hemos dicho, sin duda esta ha sido la mejor oportunidad hasta el momento para que nuestros deportistas olímpicos demuestren el buen estado de forma en el que se encuentran y superar la actuación de hace ya más de treinta años.
Los casis de Jon Rahm y Mar Molné. Decepción con el taekwondo o la gimnasia rítmica
La primera y que fue una de las pruebas que veíamos con un final tremendamente dramático, era el tiro deportivo, el foso específicamente. Después de que Alberto Fernández no pudiese llegar a su final, la categoría femenina se exaltó: Mar Molné y Fátima Gálvez, las que más platos acertaban de todas en la clasificación. Sin embargo, en el momento decisivo, la final, una vez más Fátima no sabía gestionar la tensión y se descolgaba de los metales fallando muchos platos pronto. No obstante, la joven Mar seguía sorprendiéndonos liderando la prueba o manteniéndose a la estela de una infalible Adriana Ruano.
Aún así, Fátima fue de menos a más pero el mal inicio le pasaría factura y terminaría siendo quinta. Sin embargo, Mar fue de más a menos, se relajó en el momento clave de luchar medalla y culminaba, fatídicamente, en el puesto de chocolate.
Otra gran opción de medalla era en el golf. Mucha ilusión con el estreno de un Jon Rahm que se quedó sin Juegos en Tokyo por el Covid-19. Marchaba a la cuarta y última ronda con ventaja y siendo el máximo aspirante al oro. Pero no consiguió sostener la diferencia, errando increíblemente en los últimos hoyos y hundiéndose a una decepcionante quinta plaza. David Puig no era una opción, Carlota Ciganda tampoco, y Azahara Muñoz efectuó una decente 13ª posición final.
Otro gran deporte donde siempre hemos estado en el medallero desde Londres 2012 era el taekwondo. Y las aspiraciones eran grandes. Adriana Cerezo, desde la plataza de Tokyo, estaba focus en el oro olímpico, y en el ciclo ha sumado hasta diez medallas entre Europeos, Mundiales, Grand Prix... Era la gran baza. Adrián Vicente también aspiraba a ello, tras ser campeón en los Juegos Europeos y bronce en el Mundial 2023 y en el Campeonato de Europa 2024. En Javier Pérez Polo había más incertidumbre pero igualmente fue oro en los Juegos Europeos y plata continental. Cecilia Castro se subió al podio del Mundial 2022, de los JJEE 2023, y campeona de Europa 2022.
Y sucedió lo peor que os podéis imaginar. Cuatro aspirantes y tres sufrimientos. Adriana Cerezo se vio bloqueada en su combate de cuartos de final ante la iraní Mobina Nematzadeh, y ni siquiera podría ir a la repesca. Adrián Vicente y Javier Pérez quisieron despejar esa desilusión española sobre el taekwondo, llegando hasta las semifinales y todo, pero perdieron tanto en su opción de entrar a la final como en la lucha por un metal de bronce. Cecilia fue eliminada a las primeras de cambio.
En la gimnasia rítmica había muchas esperanzas después de que la selección brillase en esta reciente olimpiada. Se ha colgado cinco medallas por equipos en los últimos tres Europeos y seis en los dos últimos Campeonatos del Mundo. Sin embargo, Polina Berezina y Alba Bautista ya salieron erráticas en la prueba individual en París. Y el equipo español también fallaba en la clasificatoria sin apenas poder entrar en la gran final.
Y cerramos con lo más doloroso de estos Juegos Olímpicos. Porque al margen del simple hecho de perder una medalla o un partido, eso al final es puro deporte, unas veces se gana y otras se pierde, o se aprende. Y tenemos, como habéis visto, una gran generación de deportistas en multitud de disciplinas a seguir para la próxima olimpiada de cara a Los Ángeles 2028. Pero hay cosas incontrolables por el ser humano y que, a veces, no pueden dar un final más cruel como el que os vamos a contar.
Carolina Marín, nuestra verdadera campeona de París
Nuestra legendaria Carolina Marín regresaba a unos Juegos Olímpicos en París después de ser campeona en Río 2016 y tener que saltarse Tokyo 2020 por las dos fatídicas lesiones de ligamentos de rodilla que ha sufrido en los últimos años. Para este 2024 esperó a su plena recuperación y a sentirse competitiva de nuevo sobre la pista, y así lo demostró siendo la vigente subcampeona mundial y añadiendo tres títulos Europeos más a su extensísimo palmarés. Toda una gesta increíble de superación, una más de esas historias que convierten a un deportista en leyenda del deporte español y mundial.
Mientras Pablo Abián seguía haciendo grande el bádminton español por su parte, con su ya quinta participación olímpica, enorme mérito, Carolina iba dando muy buenas sensaciones arrasando en su fase de grupo. En octavos de final tuvo un partido un tanto atragantado contra la estadounidense Beiweng Zhang a la que incluso tuvo que remontar para ganar. Aún así, le sirvió para coger confianza y no aminorar el ritmo, y lo demostró en cuartos aniquilando a la japonesa Aya Ohori.
En semifinales llegó el horror. Uno de esos momentos que pasarán a la historia, por desgracia, de los Juegos Olímpicos. Con ya la surcoreana An Se-young esperando en la final para reeditar la del Mundial del 2023, Carolina seguía dominante en su juego ante la china He Bingjiao que en cuartos se cargó a su compatriota Chen Yufei, segundo seed de este torneo.
Una vez ya tenía un set en sus manos por 21-14, en el segundo lideraba por 10-6 y las sensaciones eran ya prácticamente de que Carolina iba a cumplir definitivamente su sueño: lograr una segunda medalla olímpica tras recuperarse de las graves lesiones sufridas y entrando ya en la etapa final de su carrera deportiva, a sus 31 años. Una de las mejores jugadoras de bádminton de toda la historia y la mejor no asiática de todos los tiempos iba a tener un broche a su carrera inmejorable.
Pero el destino no quiso que tuviera un final feliz. En un punto, Carolina apoyó mal para realizar un remate y la rodilla derecha volvió a bailarle. En sollozos y dolor, parecía comunicarle a su entrenador que se había roto. Pero su espíritu de guerrera hizo que se pusiera una rodillera para intentar terminar un partido que prácticamente nadie ya dudaba que iba a ser suyo. Pero duró dos puntos más, moviéndose coja e impotente. No podía seguir jugando. Se había vuelto a lesionar gravemente de esa dichosa rodilla.
Así, no podría terminar su semifinal olímpica en un Porte de La Chapelle Arena siempre volcado con la española. Destrozada, llorando en el suelo cubierta por su entrenador que intentaba apaciguar una imagen desgarradora en París. Carolina, a once puntos de clasificar a la final olímpica, tenía que retirarse por lesión, por tercera vez, de la misma rodilla. Pasaba de poder ganar una medalla histórica a, ni siquiera, como se confirmaba después, poder batallar evidentemente por el bronce tras la derrota por abandono.
Tenía que volver a operarse. No hay un final más cruel para su camino olímpico en París o, quizás, para su carrera deportiva. Y cerramos este resumen de la actuación española con ella, no por dramatizar lo que podía haber sido el mejor desempeño en JJOO de España, si no por verdaderamente homenajearla como se merece.
Al margen de los resultados de la delegación española en París 2024, un tanto realmente descafeinados, lo que más duele no es el simple hecho de perder una opción de medalla. Duele que una de las mejores deportistas españolas de la historia pueda acabar así. Y no le hace justicia. Por lo que reivindicamos su histórica carrera. Desde Huelva, ha sido la primera jugadora no asiática que ha conseguido dominar el circuito del bádminton mundial femenino y con creces.
Oro olímpico en Río 2016 consagrándose como una de las más grandes. Tres veces campeona del mundo (2014, 2015, 2018) y una reciente plata en 2023. La mejor de Europa de siempre como demuestra sobradamente sus hasta ocho títulos continentales (2014, 2016, 2017, 2018, 2021, 2022, 2023 y 2024). También ha subido al podio de Europeos por equipos femeninos en tres ocasiones (bronce en 2016 y 2018 y plata en 2024). Y en el BWF World Tour cuenta con hasta 22 metales, todos ellos en finales. Seis medallas en los prestigiosos Super 1000 de China (2018 y 2019), Thailandia (2020 x2), Indonesia (subcampeona en 2023) y el estelar All England en este mismo 2024.
Cuenta con cuatro platas en Super 750 (dos en cada, en Francia 2019 y 2022 y Dinamarca 2020 y 2023) y un oro en el de Japón. Ha pisado tres veces la final del Indonesia Masters (Super 500), 2019, 2020 y 2023, y una la de Malasia, 2019. En torneos Super 300, fue subcampeona en España en 2020, y ha alzado el Syed Modi International 2019, el Swiss Open (2021 y 2024) y el Orléans Masters 2023. En los World Tour Finals ha sido dos veces subcampeona (2020 y 2023).
Como BWF Superseries, Carolina fue finalista del Australian Open 2014 y lo ganaría en 2015. Se llenó de gloria en el All England 2015, en el Malaysia Open 2015 (plata en 2017), en el French Open 2015 y en el Hong Kong Open de ese laureado año para ella. En 2017, al margen de alzarse en el Japan Open, sería también subcampeona en India y Singapur. Cuenta con un BWF Grand Prix Gold en Londres 2013 y un Grand Prix en Escocia. En 2015 sería plata en el Syed Modi International y en el German Open, posición que también conseguía en 2017 en Alemania. Por último, ha acumulado siete títulos de BWF International Challenges y cuatro subcampeonatos, más dos BWF International Series y una plaza de finalista entre 2009 y 2010.
Peculiarmente, desde Historia Deportiva te hemos seguido desde nuestros inicios como web, que coinciden con tus primeros pasos en el bádminton mundial. En 2011 tenemos nuestra primera entrada hablando de resultados de Carolina, con apenas 18 años. Nos seguías en nuestra red social, twitter, agradeciéndonos de cierta forma el seguimiento que siempre te hemos hecho desde que irrumpiste como deportista. Trayendo y haciendo un palmarés histórico en un deporte totalmente inédito en España. Y por ello y por todo lo que has dado al deporte español, te queríamos hacer este especial homenaje. Para que nada ni nadie opaque ni olvide lo grande que eres. Gracias Carolina. Tú has sido verdaderamente nuestra campeona en estos inolvidables Juegos Olímpicos de París 2024.